Marcelo Uribarren: No hay que hacer oposición, sino decir lo que le pasa a la industria mes a mes

Para Marcelo Uribarren la industria no debe ocultar los problemas que la aquejan con el objetivo de evitar confrontaciones con el Gobierno.

El presidente de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) dudo que la recuperación en la actividad de numerosas ramas fabriles -salvo en las ligadas con el campo- tenga un trasfondo de genuino crecimiento.

“Si esa facturación fuese genuina, entonces la inversión vendría”, remarcó.

En diálogo con La Voz, el dirigente respaldó la nueva conducción nacional de la UIA encabezada por Daniel Funes de Rioja, consideró que por la inflación será “difícil” esquivarle a una pauta de aumento salarial del 45 por ciento, enfatizó que el sector cárnico no puede conformarse con “un cepo más chico” a las exportaciones y también aludió a los movimientos sociales que reclamaron más planes sociales.

–Según el Indec, 12 de los 14 sectores de la actividad económica reaccionaron. La mayoría son industriales. ¿Ustedes lo sienten así en las plantas?

–Está clarísimo que todo lo que vinculado con el campo es así, tiene una vitalidad muy fuerte, es real. Hay que ver como pega baja de la soja. En el resto de los sectores hay mucha influencia de las pocas opciones que tienen quienes cuentan con algún ahorro. Eso permitió que línea blanca, electrodomésticos, autos, se hayan recuperado. No se si es genuino o es porque la gente trata de preservar su magro ahorro.

–¿Su opinión?

–Creo que pasa por ahí. Cuando hablan de desarrollo pareciera que la economía está creciendo y por eso hay sectores que están empezando a andar mejor. Pero no se da de esa manera. Y hay otros que empezaron a estancarse. Si uno ve supermercados, van cayendo de modo preocupante los números de venta mensuales. Es un síntoma.

–¿Esta mayor actividad en los sectores que reaccionaron pueden ser “pan para hoy y hambre para mañana”?

–No tengo duda. Me gustaría medir la facturación, la proyección y cotejarlo con inversiones. Si esa facturación fuese genuina, entonces la inversión vendría. Obviamente, si me va bien, pongo el dinero en la empresa porque la economía está traccionando. Eso no se está produciendo. ¿A la lectura la hace el cliente, pero no el industrial? Me parece que (el crecimiento) es momentáneo, pasajero.

–La idea de una pauta de aumento salarial del 45 por ciento, ¿qué análisis genera en la industria?

–Es que esa va a ser esa la pauta (real). Ya hay que descartar la idea de una inflación baja. Si uno ve mes a mes la emisión monetaria se da cuenta de que la inflación no va a bajar nunca. En este 3,3 por ciento de mayo, economista planteaban que hay cosas que no influyeron ahora pero van a aparecer más adelante. Con que esté cerca del cuatro por ciento mensual ya estamos en números escalofriantes. Nos parecería bueno que la negociación salarial fuese en números más bajo porque el industrial está parada en función de sus ingresos, más allá de cómo aumente el costo de vida. Pero los aumentos de sueldo no van a ir por debajo de ese porcentual que usted dice.

–De todos modos, siempre se ha dicho que la industria para funcionar necesita más dinero en el bolsillo del consumidor.

–Necesita mejores salarios, pero también requiere tracción. Sacando el campo, no se está dando. En las micro y Pyme está el punto débil de la industria, donde más debilidad financiera existe con mayor empleo perdido. Para cualquier cosa tenemos que hablar tasas de 35 a 40 por ciento. Es difícil meter estas tasas en los productos y después conseguir venderlos.

–La UIC tiene varios representantes en la UIA, ¿cuál es su opinión sobre la polémica que rodeó a la elección de autoridades? ¿Córdoba respalda a Funes de Rioja? ¿Siente que es un buen interlocutor del Gobierno?

–Es un buen interlocutor, respaldamos su presidencia, tiene una postura razonable para plantear los temas. Lo que queremos que suceda en la UIA es lo mismo que hacemos nosotros acá en Córdoba. Si nosotros acá, tomamos indicadores, los medimos y luego expresamos y decimos que no son positivos, lo que hacemos es expresar una discrepancia, un espíritu critico que lo único que hace es decir lo que ocurre. Funes de Rioja va a decir lo que ocurre de una manera correcta, no hay que tomar partidismo pero sí decir lo que a la industria le ocurre mes a mes.

–Está claro que lo acompañan, entonces.

–La industria es muy heterogénea por lo que cada vez que hablamos hay que tener la cintura para expresar a todos los sectores sin que nadie diga que adoptamos una postura político partidaria. Respaldamos y defendemos a Funes de Rioja. Las expresiones vertidas en los últimos tiempos están absolutamente lejos de nuestro operar en Córdoba donde trabajamos con armonía y consensos reales, algo que en la UIA no ha ocurrido. Ojalá se encamine rápidamente.

–¿Tampoco es necesario que la UIA se coloque en la vereda de la oposición, como leen en el Gobierno?

–Lo que no queremos ni por asomo que si la realidad es crítica en algún sector no se plantee para no quedar mal con el gobierno. Hay que mostrar la realidad tal cual ocurre.

–¿Qué opinión tiene de la postura de José Ignacio de Mendiguen? ¿Es un hombre de la industria?

–Sí, claro, fue dos veces presidente de la UIA. Luego se dedicó a la política partidaria. Estas cosas se solucionan de otro modo. En esta lista de consenso que se conformó, si no estuvo De Mendiguren es una cosa más. La Junta Directiva le dio potestad a Funes de Rioja y a Rodríguez a decidir sobre la lista de consenso. Pero las expresiones de él (De Mendiguren) no le hacen nada bien a la industria.

El empresario José de Mendiguren. (La Voz/Archivo).

–Hasta hoy todavía no se arregló el conflicto cárnico. ¿Se puede pasar de un cepo exportador a un “cepito”? ¿Más chico?

–Uno termina aceptando cuestiones intermedias para no perderlo todo. Pero lo único que hace con eso es ir atacando a la inversión privada. Si una empresa no confía, no invierte y se cae la expectativa de disminuir la tasa de desempleo y bajar la pobreza. Este tipo de acciones van en contra de la confianza. Con la carne ojalá no existe más cepo, pero como modus operandi nos parece la peor de las soluciones.

–El viernes hubo una gran marcha de organizaciones sociales en Capital Federal. Se planteó allí el tema del costo de los alimentos. ¿La industria puede hacer algún otro esfuerzo para bajar precios o depende netamente de la macroeconomía?

–Depende de la macro. Cuando decimos que la industria paga mes a mes una caterva estrafalaria de impuestos, con lo cual supera ampliamente el aporte que puede hacer, el resto ya no depende de ella. El reclamo es extender y aumentar los planes sociales y eso está dado vueltas. Lo que tenemos que lograr es que esta gente tenga trabajo y dignifique su vida. Y lo que la industria puede aportar es capacidad de inversión, desarrollo, crecimiento y empleo. No se le puede pedir a una industria que ya invierte muy poco que aporte más. No lleva a solucionar ninguno de los problemas gravísimos del país.