Preocupa cierre de bares y comercios en Río Cuarto

El cierre definitivo de comercios y bares tradicionales de Río Cuarto es un botón de muestra de la crisis que sufre el sector gastronómico a nivel general, en plena Pandemia de Covid-19. Ya en el 2020, durante el confinamiento, tuvo gran impacto en la ciudad el cierre del café ubicado en la emblemática esquina de Colón y Constitución (donde ahora estaría por abrir una hamburguesería). En la última semana cerraron otros dos: Bonafide y Havanna, en inmediaciones de la Plaza Roca.

Un relevamiento del Centro Empresario (Cecis) revela que un 12,45 por ciento de los locales comerciales céntricos están vacíos (aumentaron más de 2 por ciento en un año). “Hay 123 locales sin alquilar y muchos son grandes, como el de una firma de electrodomésticos que cerró el mes pasado. Hay un esfuerzo conjunto para convertirnos en un Centro Comercial de Cielo Abierto, pero la actividad se reduce y siguen los cierres. Lamentablemente el comercio no aguanta. Además de la pandemia, hay problemas como las tarifas de Epec que tiran todo para atrás y la coyuntura no ayuda”, afirma Diego Cambría, gerente de la entidad.

“Antes, a la mañana era un furor, una vorágine de gente. Teníamos todas las mesas ocupadas, por el movimiento de bancos, comercios, colegios. Ahora, de lunes a jueves la mañana es muy tranquila. Hacemos horario corrido pero a la siesta está vacío. Venimos arrastrando un malestar económico muy importante, la gente prioriza otras cosas. Y muchos no vienen a cenar porque a las 11 tenemos que cerrar, antes estaba siempre todo reservado y ahora sobran mesas”, explica Majo María, encargada de la administración de Octavia.

Centro. Preocupación por el cierre de locales (Tomás Fragueiro/La Voz).

Dueños de bares y restaurantes coinciden en remarcar que, además de la reducción del consumo por las restricciones sanitarias, los afecta “la inflación y los impuestos, en especial la tarifa de Epec”. También se quejan de los alquileres. Indican que el costo mínimo del alquiler para un comercio pequeño, a una cuadra de la plaza central en Río Cuarto, ronda los 70 mil pesos mensuales. Entre los que ocupan una mayor superficie, o en esquinas, hay contratos de hasta por 200 mil por mes.

Locales vacíos

En el 2020, cerraron firmas emblemáticas en Río Cuarto, como el Hotel Opera y la casa de indumentaria masculina Norton, en pleno microcentro. El Centro Empresario estimó una caída en las ventas del 34 por ciento de marzo del 2020 a febrero del 2021. Según el relevamiento del Cecis sólo cuatro sectores manifestaron mejoras con respecto a las unidades vendidas entre marzo del 2019 y marzo del 2021 (construcción, ferretería, alimentos y farmacia). Del total de 988 locales comerciales que existen en el centro (entre calles Alberdi, Cabrera Deán Funes y Rioja) el 12,45 por ciento están desocupados, disponibles para alquiler o venta.

“Llega menos gente al centro. Algunos bares se trasladaron a las afueras, donde los clientes no tienen el costo del parquímetro. Los bancos y el municipio ahora permiten muchos trámites on line. Está reducido a la mitad el movimiento de los padres a los colegios; está cerrado el teatro, el teatrino; hace bastante que se trasladó Tribunales. Es inevitable la reducción de la actividad en los comercios. Cerró hasta una cochera en Colón y Alvear”, agregó Cambría.

Soledad Prieto, del café y confitería Luis María, comentó que en el 2020 se vieron obligados a cerrar el negocio que tenían en el microcentro, por el costo del alquiler. Hoy, con locales ubicados a más de 10 cuadras de la plaza, conservan cierta clientela pero consideran crítica la situación por los aumentos de los insumos. “Todas las semanas estamos sufriendo aumentos de leche, crema, manteca, harina. Los alquileres siguen subiendo y la luz es carísima en la Provincia de Córdoba. Con las cargas sociales, el IVA y demás, está complicado sostener un negocio sin tener deudas. Por eso esta última semana cerraron dos cafeterías en el centro”, explicó.

Laura Rivera, presidenta de la Asociación Hotelera Gastronómica, resumió: “Es muy complicado todo. Estuvimos meses cerrados acumulando de deudas y compromisos y hoy hay mucha incertidumbre: Las empresas estamos sosteniéndonos pensando que en unos días todo se termina, pero no es así, en el último mes recrudeció mucho el miedo y es peor. Las restricciones horarias, los aforos, más ahora con el frío, es tan complejo todo que se hace insostenible”.

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