Para comprar un departamento en Córdoba se necesita 12,5 años de trabajo

El deterioro que viene sufriendo el poder adquisitivo del asalariado argentino tiene en el mercado inmobiliario uno de sus reflejos más claros: en solo cuatro años, se ha más que duplicado la cantidad de sueldos que necesita un trabajador para poder comprar un departamento.

De acuerdo con datos de la Cámara de Corredores Inmobiliarios de Córdoba (Cacic), en marzo de 2017 el metro cuadrado de un departamento tipo del barrio de Nueva Córdoba, en Córdoba capital, tenía un valor de 33.750 pesos.

En ese entonces, según datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (Oede) del Ministerio de Trabajo de la Nación, un empleado del sector privado registrado cordobés ganaba, en promedio, 19.886 mensuales. Significa que cada trabajador necesitaba 1,7 salarios para comprar un metro cuadrado.

En marzo último, el precio del metro cuadrado se ubicó en 257.325 pesos y la remuneración media, en 69.485 pesos. La relación ahora es que cada empleado requiere 3,7 sueldos para adquirir un metro cuadrado.

La tipología que releva la Cacic es de un departamento de un dormitorio, de 40 metros cuadrados, con living-comedor, cocina, baño y balcón, ubicado entre cuarto y sexto piso, y con una antigüedad no mayor a cuatro años.

Si se multiplica el valor del metro cuadrado por la superficie mencionada, significa que en marzo de 2017 un departamento en Nueva Córdoba valía 1,35 millones de pesos. Para comprarlo, un asalariado necesitaba 68 meses de trabajo; es decir, cinco años y ocho meses.

A marzo de 2021, ese mismo departamento alcanzó un valor de 10,3 millones de pesos. Y al trabajador se le duplicó el esfuerzo: necesita más de 150 sueldos, o 12 años y medio de trabajo, para reunir el dinero suficiente para quedarse con el inmueble.

¿Un aliciente? La relación actual es mejor que la de fines de 2020, cuando la destrucción del poder adquisitivo por la pandemia y la fuerte suba de las propiedades por efecto de la devaluación, llevaron a tocar un pico de 191 sueldos, casi 16 años de trabajo, para poder comprar un departamento.

Créditos y alquileres

Para Agustín Tea Funes, presidente de la Cacic, la única forma de acercar la brecha que aleja a la oferta del consumidor final es por medio de los créditos hipotecarios, que en los últimos años se han transformado en una excepción más que en una regla en el país.

La última experiencia que pareció ser exitosa al principio, y que fueron los préstamos nominados en UVA, terminó derivando en múltiples reclamos de los beneficiarios por el encarecimiento de las cuotas y en la intervención del Gobierno que durante varios meses mantuvo los valores congelados.

A la par, la salida para muchas familias que no tienen los ingresos suficientes para comprar un inmueble propio es alquilar: se suponía que la Ley de Alquileres venía ser una buena noticia, pero la dinámica del mercado muestra que puede ser más un impedimento.

“Con las restricciones que establece la normativa, muchos propietarios deciden sacar los inmuebles de alquiler y ponerlos a la venta. Eso achica la oferta y perjudica a la demanda”, afirma Tea Funes.

El otro factor es que los alquileres, bajo esta ley que cumplió un año, se deben ajustar por un índice establecido por el Banco Central que marcó una actualización a junio del 41 por ciento. Eso es más que el 37 por ciento que aumentaron los sueldos en el último año, según los datos del Ministerio de Trabajo.