Resiliencia, clave en la atención de los argentinos varados por el Covid en la India
El 22 de marzo de 2020 comenzó en India un confinamiento muy estricto para evitar la propagación del coronavirus que llevó a que unas 1.400 millones de personas se quedaran en sus casas sin poder salir para nada.
En mi caso en particular estaba en un hotel de Nueva Delhi donde también se alojaban argentinos, europeos, asiáticos y de otros países.
Al tercer día de la cuarentena me di cuenta que había que usar la resiliencia para desarrollar una conducta superadora por lo que decidí armar un operativo médico gratuito de control Covid para revisar, en los pasajeros del hotel donde estábamos, sintomatologías de la infección y emitir un certificado de salud en inglés y en español que permitiera darle tranquilidad al propietario del hotel de que las personas tenían parámetros saludables.
Era, además, una forma de contener a los varados que estaban angustiados, sin dinero, con muchas preocupaciones y con familiares que los esperaban en sus casas.
Realizaba a diario los controles en la terraza del hotel e incluía a pasajeros y al personal indiano que nos atendía. Estas acciones se empezaron a difundir por las redes sociales y argentinos que estaban en otros puntos de Delhi nos empezaron a solicitar la evaluación diagnóstica, pero, por el confinamiento, no podíamos andar en la calle por lo que me contacté con el embajador argentino en India, Daniel Chuburu, para pedirle un automóvil con chofer y patente diplomática, autorizado para circular durante el confinamiento, de tal forma de poder llegar a cada hotel donde hubiere un argentino varado.
Esto permitió chequear a la mayoría de los varados en Delhi en un operativo conjunto con la Embajada Argentina. Luego replicamos el operativo, a varias horas al norte y al sur de Delhi, en las ciudades de Rishikesh y de Vrindavan donde había muchos compatriotas.
A esta altura también se había sumado la Embajada de Chile, de Ecuador y de México por lo que atendíamos a muchas otras nacionalidades, incluyendo gente de India, pues todos querían ser chequeados.
Había equipo
Mi equipo de trabajo estaba formado por dos voluntarias: la trabajadora social Natalia Cardielo, de Villa María; y Cristina Balanian, de Lago Puelo (Chubut).
En el operativo en Rishikesh, a los pies del Himalaya y rodeado del rio Ganges, caminábamos alrededor de 10 horas diarias para visitar a cada hotel, hostel o pensión donde había un argentino ya que no se podía ingresar en auto debido a lo angosto de las calles. A la noche debíamos alumbrarnos con la luz del celular por la falta de alumbrado público de algunos lugares.
La mayoría de los chequeados estaba sana, pero algunas pocas personas tenían enfermedades preexistentes (cardiacos, diabéticos, etcétera) por las que eran derivadas a hospitales o clínicas para recibir tratamiento.
´No obstante, durante esos meses pudimos realizar 468 atenciones médicas incluyendo el chequeo de 142 pasajeros que tomaron el vuelo de repatriación hacia Argentina, vía Australia, con una duración de casi 30 horas. En ese mismo avión también volvieron 140 pasajeros varados en Tailandia.