La globalización en clave alemana

Alemania mantiene su centralidad en la Unión Europea, un elemento clave para el balance de poder en el sistema internacional. Aunque los reflectores están puestos sobre Estados Unidos y China hoy en día, algunos hemos empezado a poner el foco sobre el pensamiento alemán contemporáneo. Cuna de grandes pensadores como Kant, Heidegger, Hegel, Weber entre otros , hoy goza de una vitalidad muy robusta con intelectuales influyentes a nivel mundial. La posición del país, en el tercer punto geográfico más importante en la distribución de poder, le da a los pensadores una oportunidad privilegiada para abordar problemáticas globales. Para muchos de ellos, desde la ilustración en adelante, la sociedad alemana es un proyecto filosófico.

En la actualidad el país vive tiempos de gran tensión debido a la crisis por la pandemia, el ascenso de los movimientos ultraderechistas, una transición política después de casi dos décadas, la puesta en duda de su liderazgo en la región y una economía en recesión donde los jóvenes son los más afectados por el desempleo, creció un 25% interanual según del Instituto de Economía Laboral. En ese contexto, emerge una nueva generación de filósofos con una popularidad inusitada a nivel internacional, interesados en los fenómenos socioculturales y globales. De este movimiento surgen dos figuras que se destacan en la escena local.

Una estrella en ascenso

Markus Gabriel es profesor titular en la Universidad de Bonn y es considerado un joven prodigio que ha abordado diferentes problemáticas de la filosofía moderna aunque mayormente es consultado por sus ideas relacionadas a la globalidad. En varios de sus escritos plantea que hemos entrado en una nueva era post–posmodernismo, a la cual él llama Nuevo Realismo. En contra de una concepción metafísica para este autor el mundo no existe, no todo está conectado, por ende la idea de globalidad es una ilusión. Esto nos lleva a reconsiderar el significado de la misma existencia. Una reconexión con la materialidad y los sentidos. Para este autor no hay superestructuras que determinan nuestro destino, y esto también podría aplicar para entender la autodeterminación relativa de los países. Un derrumbe de los discursos únicos, de las falsas verdad empleadas tantas veces en la arena política actual.

En uno de sus últimos artículos académicos llamado “El Mundo de los Mundos” para la Universidad de Bonn escribió: “Hoy no vivimos en un solo mundo, sino en la conciencia de la multiplicidad de mundos. Los muchos mundos aquí son sistemas que afirman ser autónomos, pero se encuentran obligados a realizar una coordinación constante sin poder asumir una red clara de coordenadas…” No hay dudas de que lo que él percibe en este texto es un cambio de era, una transición hacia una etapa menos estable.

Por otro lado, no tiene miedo a las controversias o temas complejos de abordar en público. Es un crítico de los nuevos medios de comunicación y ha llegado a plantear que la digitalización conduce a nuevos totalitarismos. A diferencia del siglo XX, esta vez no serían los Estados quienes tendrían el mayor control del individuo. El filosofo plantea que las redes sociales tales como Twitter, Facebook e Instagram entre otras son medios de vigilancia que utilizan los gigantes tecnológicos para controlar la conciencia del individuo. No hay hecho más claro del poder que estas empresas detentan como haber cancelado al presidente del país más poderoso del mundo, Donald Trump, silenciándolo temporariamente en la esfera digital. En una de sus últimas entrevistas para el diario The Asahi Shimbun advierte “Un pequeño número de empresas de tecnología que no han sido legitimadas democráticamente ahora controlan una porción más grande de la sociedad y la economía.”

Un filosofo globalmente comprometido

Byung-Chul Han, este hombre de nombre difícil. Nació en Corea del Sur, estudió metalúrgica en su país pero profundizó su formación académica en filosofía y desempeña su profesión como docente en Europa, principalmente en Suiza y Alemania. Sus libros lo han hecho un intelectual de referencia en diversos países. Este pensador de 62 años, aspecto joven, ha revolucionado la academia contemporánea con sus planteos hegelianos y vueltas reflexivas.

Quizá su aporte más claro para el análisis de la globalización lo haya hecho en el 2005 con la publicación de su libro Hiperculturalidad sobre las transformaciones culturales que estaban experimentando las sociedades posmodernas. Byung ha puesto a la cultura en el centro del debate filosófico y político, donde la noción de libertad individual juega un rol protagónico en las transformaciones de los patrones de comportamiento societario. Esta idea se ha potenciado a través de los procesos de digitalización de la comunicación global. Byung dice “Nos explotamos libremente en la creencia de que nos estamos realizando”. Surge así la idea de una cultura propia de esta generación que vive a través de pensamientos superfluos regidos por los macrodatos e información vaga, donde todo parece estar conectado y se tiene la sensación de que rompen fronteras continuamente.

Para Byung estamos viviendo una etapa de transición y en sus últimas intervenciones avizora un panorama bastante alarmante en la era post-covid. Así lo afirmó en una entrevista para la agencia EFE el año pasado “La supervivencia se convertirá en un absoluto, como si viviéramos en un estado permanente de guerra…”. En una sociedad de la supervivencia se pierde todo sentido de la buena vida”. En este nuevo escenario lo digital se tornará un elemento vital de nuevos regímenes de vigilancia biopolítica, algo que los países asiáticos han demostrado es efectivo para el control de las masas en tiempos de crisis. Nuestros cuerpos serán nuevo frente de batalla radicalizado en la pujas distributivas de capital y poder.

En conclusión, muchos han sido los que han crecido admirando a esos pensadores que en décadas anteriores llenaban auditorios o aulas magnas, pronunciando discursos que tenían impacto en la sociedad y poder de influencia sobre la opinión más formada. Cada vez son más los que buscan en estas nuevas figuras respuestas para entender lo que sucede al rededor, quizá bajo otros formatos como la virtualidad con una dinámica muy distinta por los procesos de transformación que está experimentando el ser humano en torno a la tecnología. Lo que queda claro es que las problemáticas actuales han abierto la posibilidad para repensar desde la academia al mundo, si así podemos llamarlo, un foro que parecía quedar en desuso aunque quizá simplemente necesite una vuelta de tuerca.

(*) El autor es docente de la Universidad Nacional de Tres de Febrero y recomienda el siguiente material de lectura:

  • Por qué No Existe el Mundo, de Markus Gabriel
  • Yo no soy mi cerebro, de Markus Gabriel
  • Hiperculturalidad, de Byung-Chul Han
  • La sociedad del Cansancio, de Byung-Chul Han