Brasil: crece la pobreza por suspensión de ayudas sociales

La favela surgió casi de la noche a la mañana en medio de la pandemia, cuando la gente empezó a usar tablas de madera encontradas en basurales para construir casuchas en un terreno baldío de San Pablo.

Geovani de Souza y su esposa embarazada figuraron entre las 200 familias que se instalaron allí en los últimos seis meses como consecuencia del descalabro económico causado por el Covid-19.

“Sin trabajo, no podía pagar el alquiler y nos desalojaron de donde vivíamos. Encontramos esta solución aquí’’, dijo De Souza, quien ahora trabaj

Una niña come de una cacerola en la calle en la favela Penha en Sao Paulo. (AP Photo/Andre Penner, File)

a cuando puede como albañil. Hay muchas historias parecidas.

La repentina aparición de la favela Penha Brasil refleja el aumento de la pobreza desde que el Gobierno redujo uno de los programas de alivio económico por la pandemia del coronavirus más generosos del mundo. Esto dejó a los pobres a merced de aumentos en los precios de la comida, con un mercado laboral cada vez peor. Y no hay perspectivas de una vacunación masiva a corto plazo.

“Los beneficios del Gobierno serán menores y el proceso de recuperación es más duro por la pandemia y por la lentitud de las vacunaciones’’, expresó Sérgio Vale, de la consultora MB Associated. “Hay más pobreza, cuentas más altas y los precios de los alimentos subieron… Será difícil sobrevivir’’.

El año pasado, el Gobierno brasileño invirtió 55 mil millones de dólares en ayuda a 68 millones de personas, un tercio de la población. El dinero impulsó la actividad económica, mientras el presidente Jair Bolsonaro denunciaba las restricciones para contener el virus. La recesión que sufrió Brasil por la pandemia fue del 4,1%, menor que la de los países de la región, donde algunas economías se contrajeron el doble.

Pero el Gobierno suspendió esos beneficios a fines del año pasado, dando prioridad a las maltrechas finanzas públicas y sin anticipar el brutal tsunami del Covid-19 que se produjo a partir de enero.

Reanudó los beneficios en abril, aunque abarcando a sólo dos tercios de la gente y distribuyendo menos dinero que antes.

Datos

El mercado laboral se vino abajo, lo mismo que en otras economías latinoamericanas con un sector informal grande, según una comparación internacional publicada el 14 de mayo por un instituto de investigaciones del Gobierno.

Entre diciembre y febrero, la tasa de subutilización –desempleo más subempleo, visible e invisible– subió al 29,2%, el nivel más alto para ese período desde 2012, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas. Incluye un desempleo del 14,4%, que, según Vale, va a aumentar más todavía.

La pobreza –gente que vive con menos del salario mínimo– subió en el primer trimestre de 2021 a su nivel más alto en al menos nueve años, tras bajar marcadamente el año pasado, según Marcelo Neri, director del centro de políticas sociales de la Fundación Getulio Vargas.

La inseguridad alimentaria de personas del sector informal es cuatro veces la de la gente que tiene empleos formales con salarios fijos, indicó Tereza Campello, exministra de Desarrollo Social.

“Esto revela lo precario que es el marcado laboral desde que se eliminaron muchas de las protecciones’’, manifestó Campello. “Incluso quienes hacen algunos trabajos y están más expuestos al virus viven en condiciones casi tan malas como los desempleados’’.

Los ingresos bajan y los precios suben. La inflación avanza a su ritmo más rápido desde 2016, a un 6,8%. En los últimos 12 meses, el costo de alimentos básicos como la mandioca aumentó un 18%; el del arroz, un 57%, y el de los frijoles, hasta un 51%.

Factor Covid-19

Los residentes de las favelas reciben donaciones de alimentos de organizaciones sin fines de lucro, como Río de Paz. Su fundador, Antônio Carlos Costa, dijo que a veces la gente llora de gratitud.

Vania Heleno dos Reis, de 52 años, dijo que el alivio del año pasado le permitió dejar de limpiar casas, pero que tuvo que volver a hacerlo hacia fin de año. Ella y su marido, Pedro, un empleado de mantenimiento, no comen carne desde hace semanas. Comen pollo, huevos, arroz y frijoles.

“Ojalá pudiese quedarme en casa. Pero no puedo’’, agregó. “Me protejo lo que puedo. Sé de gente que murió por el Covid. Pero tampoco puedo morirme de hambre’’.

La propagación del Covid-19 se aceleró este año causando más muertes en los primeros cuatro meses de 2021 que en todo 2020. Casi dos mil personas mueren a diario, una cifra superada sólo por la India.

La gente adinerada de la región viaja a Estados Unidos a vacunarse y los pobres quedan a merced de los programas de vacunación locales. La mayoría de las naciones no tienen suficientes vacunas, pero Brasil en particular se dejó estar en la búsqueda de dosis. Apostó fuerte a AstraZeneca, y cuando surgieron problemas de abastecimiento apeló únicamente a la vacuna china CoronaVac. La producción local de ambas vacunas fue suspendida temporalmente la semana pasada.

Apenas en febrero, el Gobierno empezó a firmar acuerdos con otros proveedores, demasiado tarde como para adquirir cantidades sustanciales a corto plazo. Sólo el 8,9% de la población está vacunado.

“La mejor política económica que hay hoy es una vacunación masiva’’, declaró el secretario de Políticas Económicas de Brasil, Adolfo Sachsida, en una conferencia de prensa del 18 de mayo. “Hay que vacunar rápidamente a la población para garantizar un regreso al trabajo a salvo’’.