El exitismo es un pésimo consejero

Sin desentonar con un rasgo de nuestro país, el fútbol argentino padece una riesgosa y constante montaña rusa de exitismo.

Ese frenesí en un momento te puede elevar a un estatus celestial y en otro, muchas veces en forma casi inmediata, te sepulta en la peor de las tinieblas. O viceversa. La exageración la sufren equipos, entrenadores, futbolistas, dirigentes… Difícil que alguien quede fuera de semejante injusticia, de las cuales el fútbol de Córdoba puede dar crédito en este presente en los cuales cuatro de sus clubes transitan la primera parte de los torneos en las dos principales categorías argentinas.

En la Liga Profesional, hasta antes del triunfazo sobre Boca en la Bombonera, en la cual mostró una imagen convincente y sólida,
Talleres
venía bajo la lupa porque sus actuaciones habían estado alejados de su mejor versión. Pero el batacazo en La Boca hizo que todo el país hablara del equipo que dirige Alexander Medina.

Sin embargo, el domingo, frente a un rival como Godoy Cruz que venía de sufrir un golpazo (1-6 con River),
la “T” jugó el peor partido del campeonato, según definió su propio entrenador
. Así, asoman cuestionamientos a individualidades, a lo colectivo y se escuchan planteos que dan lugar a una evaluación desequilibrada de un ciclo como el de Medina, que tiene más en el haber que en el debe.


Belgrano
empezó con el pie derecho, con tres triunfos en igual cantidad de partidos, racha que lleva a su hinchada a ilusionarse, más allá de que nadie podrá perder de vista la extensión y las dificultades que presenta esta temporada de la Primera Nacional y el rendimiento que hasta ahora mostró el equipo que dirige Alejandro Orfila.

El DT celeste, quien admitió su felicidad luego del 1-0 a Estudiantes (BA), seguro pretenderá más de su propuesta, versión superadora que los resultados apuntalan mientras se busca esa.

En
Instituto
, este inicio errático ya pone bajo la exigente lupa de sus seguidores a un ciclo nuevo en su totalidad, porque Mauricio Caranta da sus primeros pasos como DT, tanto en su vida futbolística como en la Gloria. Más que nunca el exarquero y sus dirigidos necesitan tiempo, paciencia y confianza.

Ni hablar de
Estudiantes (RC)
, que venía acostumbrado a ser protagonista y ayer sufrió de local una derrota que siembra muchas dudas.

El desafío, en todos los casos, es hacer un ejercicio de prudencia y mesura para ahuyentar ese dañino exitismo que tanto mal genera.

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