Brasil: suspenso en la evaluación del accionar del exjuez Moro en el Lava Jato

El juzgamiento sobre la parcialidad del exjuez Sérgio Moro en las
causas contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva
sufrió el martes una postergación debido a que uno de los miembros de la corte de Brasil pidió un cuarto intermedio sin plazo para analizar mejor el caso antes de emitir su voto.

Se trata del juez Kassio Marques Nunes, el más nuevo magistrado que fue designado por el presidente Jair Bolsonaro, quien pidió más tiempo para analizar el caso que puede anular todas las investigaciones y condenas contra Lula por persecución política ejercida por Moro y los fiscales de la operación Lava Jato.

La sesión sobre el habeas corpus que está en discusión desde 2018 contó con dos votos para anular la condena y las investigaciones contra Lula por parte de los jueces Gilmar Mendes y Ricardo Lewandoski mientras que en contra se posicionó Edson Fachin.

En 2018 había votado contra Carmen Lúcia Antunes, que puede cambiar su voto aún, por lo que definirá cuando lo decida Marques Nunes.

Miembro informante del caso en la Sala II del Supremo Tribunal Federal, Mendes aplicó una multa de 50.000 dólares al juez Moro y consideró a Lava Jato un “tribunal soviético” con procedimientos de la dictadura militar brasileña.

A la sesión de ayer, que se lleva a cabo para anular todo lo actuado contra Lula por persecución política, le sigue a un fallo monocrático (personal) del juez Fachin del lunes, que anuló lo actuado para pasar las causas a otra jurisdicción porque Moro no era el juez competente para juzgar al expresidente.

El “verdadero poder”

El argumento más firme sobre las dudas en torno a la actuación de Moro lo presentó el propio magistrado Gilmar Mendes.

Mendes afirmó que Moro incurrió en “una cadena de actos lesivos al compromiso de la imparcialidad”, que “sin dudas era parte de un verdadero juego del poder” que apuntaba a “deslegitimar” a Lula y a su partido de cara a las elecciones de 2018, ganadas a la postre por Bolsonaro, quien nombró a Moro ministro de Justicia (2019-2020).

Entre otros factores, citó unos mensajes intercambiados por Moro y los fiscales del proceso contra Lula, revelados en 2019 y que sugieren que el juez orientaba y coordinaba la acción del Ministerio Público, lo que está explícitamente vetado por la ley.

Si se impone finalmente la tesis de Mendes, los posibles efectos de esa decisión son inciertos, pero uno de ellos impactaría a Moro, a quien se baraja como posible candidato presidencial de derechas frente a Bolsonaro en 2022 y vería manchada su imagen como juez.

Al mismo tiempo, eso podría aumentar la popularidad de Lula de cara a las elecciones del año próximo, pues se reforzaría la idea de la “persecución” que el expresidente denunció desde el inicio de los procesos en su contra.

Agitación política

La anulación de las condenas contra Lula agitan la política en un Brasil en plena pandemia y generó un conflicto en la Corte Suprema en torno a la “limpieza” de la operación Lava Jato, ahora puesta en duda.

La nueva situación legal del expresidente (2003-2011), liberado de condenas a prisión que sumaban 26 años, también desató un terremoto político, porque aunque seguirá respondiendo ante la Justicia, recuperó sus derechos y puede aspirar a la Presidencia en 2022, cuando Bolsonaro intentará renovar su mandato.

El potencial de votos que se presume que conserva Lula ya es una preocupación para el actual mandatario, cuya imagen según las últimas encuestas sintió los efectos de su errática gestión de la pandemia, que tiene a Brasil como uno de los países más golpeados, con 267.000 muertos, 11 millones de contagios y una curva creciente.

Sondeos recientes sitúan el apoyo a Bolsonaro en un 30 %, con una caída de más de diez puntos en los últimos meses y una tendencia a la baja que se afirma a medida que la pandemia se descontrola.

La popularidad de Lula no ha sido medida en los últimos tiempos pero, a mediados de 2018, cuando su situación judicial le impidió ser candidato a las elecciones que finalmente ganó Bolsonaro, encabezaba todos los sondeos con unos 20 puntos porcentuales de ventaja sobre el líder de la ultraderecha, a la postre vencedor.

“Qué diferente hubiera sido la suerte de Brasil si Lula hubiera sido presidente y no Bolsonaro”, expresó el presidente del Parlasur, Oscar Laborde al referirse a este tema.

Laborde subrayó que la decisión de Fachin “demuestra que el lawfare efectivamente transita por todos los países de América Latina”, y se quejó de que la consecuencia del fallo del juez Moro fuera que “un hombre inocente, que fue un excelente presidente de Brasil, estuvo un año y medio preso”.

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