El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, expresó su preocupación por la situación crítica del campo argentino, uniéndose al reclamo de las entidades agropecuarias que exigen medidas urgentes al Gobierno nacional.
En particular, Llaryora destacó en la red social X la necesidad de reducir las retenciones a las exportaciones, argumentando que esta medida permitiría que los recursos retornen al sector productivo.
Según el gobernador, los productores han sido pilares fundamentales del crecimiento del país durante décadas y ahora requieren un alivio en la carga fiscal. Llaryora señaló que, desde la implementación de las retenciones, la provincia de Córdoba ha aportado miles de millones de dólares.
En este sentido, se preguntó: “¿Se imaginan lo que sería nuestra provincia si ese dinero quedara en manos de quienes invierten, generan empleo y desarrollan nuestras comunidades?”.
Llaryora argumenta que el sector agropecuario enfrenta, además, una baja en los precios internacionales, lo que incrementa la urgencia de aliviar la presión sobre el campo. El gobernador fue claro al afirmar: “Hay que sacarle la pata de encima al campo y liberar toda su capacidad productiva a favor de la Argentina”. Con estas declaraciones, el gobernador de Córdoba busca impulsar un cambio en la política fiscal que beneficie al sector productivo y a la economía del país.
El cálculo de Roulet sobre la soja en la era Milei
El productor cordobés Néstor Roulet, de alto perfil político en los últimos años, salió este martes a sumar un nuevo cuestionamiento al gobierno de Javier Milei. Un día después de la dura nota de la Mesa de Enlace Córdoba contra las retenciones, sumó un nuevo elemento de presión con números precisos sobre la rentabilidad de la soja.
Roulet, en su cuenta de X, explicó como hoy, por los precios internacionales de la soja y la presión impositiva, un productor pierde dinero en una cosecha mientras el Estado se lleva una gran porción de lo obtenido.
Básicamente, Roulet explicó que mientras un productor podría perder unos U$S 80 dólares por hectárea, el Estado se quedaría con… U$S 474.
“Decime qué se siente”, escribió el cordobés en un posteo que tuvo mucho impacto a nivel periodístico. Y a continuación, detalló la situación de un productor que alquila su campo y debe vender su cosecha al final de la actual temporada.
“Mientras el productor que alquila el campo e invierte para sembrar soja, con un rinde de 35 quintales, pierde casi U$S 80 por hectárea, el Estado se queda con U$S 473,29 por hectárea”, publicó.
Y agregó que en 18 millones de hectáreas, que es la superficie total de siembra de soja en Argentina, eso equivaldría a U$S 7.700.000.000.
Decime que se siente: mientras el productor qué alquila el campo e invierte para sembrar soja con un ride dec35 qq/ha pierde casi 80 U$S/ha, el Estado se queda con 473,29 U$S/ha. En 18M de hectárea= U$S 7.700.000.000 😮💨🚜🇦🇷 pic.twitter.com/Nno3G0Olow
— Néstor Roulet (@NestorRoulet) January 7, 2025
Cómo hace el cálculo
Roulet plantea el caso de un productor que alquiló un campo para hacer soja y arregló pagar U$S 348 por hectárea.
En su planilla, va detallando los costos que tiene que afrontar. Por ejemplo, supone que para la siembra debió gastar, entre insumos, labores, seguro y asesoramiento contable unos U$S 362 por hectárea.
Luego, entre los costos “indirectos” de la siembra incluyó el de la cosecha (se supone que contrató el servicio), el del flete (para llevar la cosecha desde el campo al puerto) y la comercialización. Eso lo obligaría a pagar otros U$S 199,27.
Para afrontar el pago, tiene – como se dijo- el rinde de 35 quintales por hectárea que le dio la cosecha (número por encima del promedio nacional, y según la zona).
¿Qué significa eso? Que el productor, si vendiera esa soja en marzo de 2025, lo haría a U$S 386 por tonelada; es decir que 3,5 toneladas serían U$S 1.351 por cada hectárea cultivada.
Pero no. Eso no es lo que le queda al productor en su bolsillo. Porque aquí aparece el problema de las retenciones que hacen que la ganancia sea mucho menor.
Retenciones
Como se sabe, las retenciones a la soja implican que el Estado le cobre el 33% del valor bruto de la soja al productor. Ese porcentaje se descuenta al momento de la venta de los granos.
¿De cuánto dólares hablamos? En la planilla de Roulet, dice que Estado se queda con U$S 445,83 por hectárea. Restados a los U$S 1.351 del valor que debería haber tenido la producción para quien la sembró, al productor le quedarían en ese primer paso unos U$S 858.
Pero hay que seguir bajando, porque a ese monto hay que descontarle U$S 348 por el alquiler del campo, los U$S 362 de los costos directos, y los U$S 199 de los costos indirectos.
Es decir que no habría ganancias. Al contrario, Roulet remarca que el margen bruto negativo pasaría a ser de U$S 51,44 por hectárea.
¿Quedó ahí la pérdida? No. Aún hay que pagar otros impuestos, además de las retenciones, como el del “cheque” (U$S 10,29) y U$S 17 por Ingresos Brutos. Eso sí: en este caso, no habría “Ganancias”.
Con todo lo mencionado, el productor de Roulet debería desembolsar otros U$S 78,90 por cada hectárea sembrada.
El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, expresó su preocupación por la situación crítica del campo argentino, uniéndose al reclamo de las entidades agropecuarias que exigen medidas urgentes al Gobierno nacional. En particular, Llaryora destacó en la red social X la necesidad de reducir las retenciones a las exportaciones, argumentando que esta medida permitiría que los recursos retornen al sector productivo.Según el gobernador, los productores han sido pilares fundamentales del crecimiento del país durante décadas y ahora requieren un alivio en la carga fiscal. Llaryora señaló que, desde la implementación de las retenciones, la provincia de Córdoba ha aportado miles de millones de dólares. En este sentido, se preguntó: “¿Se imaginan lo que sería nuestra provincia si ese dinero quedara en manos de quienes invierten, generan empleo y desarrollan nuestras comunidades?”.Llaryora argumenta que el sector agropecuario enfrenta, además, una baja en los precios internacionales, lo que incrementa la urgencia de aliviar la presión sobre el campo. El gobernador fue claro al afirmar: “Hay que sacarle la pata de encima al campo y liberar toda su capacidad productiva a favor de la Argentina”. Con estas declaraciones, el gobernador de Córdoba busca impulsar un cambio en la política fiscal que beneficie al sector productivo y a la economía del país.El cálculo de Roulet sobre la soja en la era MileiEl productor cordobés Néstor Roulet, de alto perfil político en los últimos años, salió este martes a sumar un nuevo cuestionamiento al gobierno de Javier Milei. Un día después de la dura nota de la Mesa de Enlace Córdoba contra las retenciones, sumó un nuevo elemento de presión con números precisos sobre la rentabilidad de la soja.Roulet, en su cuenta de X, explicó como hoy, por los precios internacionales de la soja y la presión impositiva, un productor pierde dinero en una cosecha mientras el Estado se lleva una gran porción de lo obtenido.Básicamente, Roulet explicó que mientras un productor podría perder unos U$S 80 dólares por hectárea, el Estado se quedaría con… U$S 474.“Decime qué se siente”, escribió el cordobés en un posteo que tuvo mucho impacto a nivel periodístico. Y a continuación, detalló la situación de un productor que alquila su campo y debe vender su cosecha al final de la actual temporada.“Mientras el productor que alquila el campo e invierte para sembrar soja, con un rinde de 35 quintales, pierde casi U$S 80 por hectárea, el Estado se queda con U$S 473,29 por hectárea”, publicó.Y agregó que en 18 millones de hectáreas, que es la superficie total de siembra de soja en Argentina, eso equivaldría a U$S 7.700.000.000.Decime que se siente: mientras el productor qué alquila el campo e invierte para sembrar soja con un ride dec35 qq/ha pierde casi 80 U$S/ha, el Estado se queda con 473,29 U$S/ha. En 18M de hectárea= U$S 7.700.000.000 😮💨🚜🇦🇷 pic.twitter.com/Nno3G0Olow— Néstor Roulet (@NestorRoulet) January 7, 2025Cómo hace el cálculoRoulet plantea el caso de un productor que alquiló un campo para hacer soja y arregló pagar U$S 348 por hectárea.En su planilla, va detallando los costos que tiene que afrontar. Por ejemplo, supone que para la siembra debió gastar, entre insumos, labores, seguro y asesoramiento contable unos U$S 362 por hectárea.Luego, entre los costos “indirectos” de la siembra incluyó el de la cosecha (se supone que contrató el servicio), el del flete (para llevar la cosecha desde el campo al puerto) y la comercialización. Eso lo obligaría a pagar otros U$S 199,27.Para afrontar el pago, tiene – como se dijo- el rinde de 35 quintales por hectárea que le dio la cosecha (número por encima del promedio nacional, y según la zona).¿Qué significa eso? Que el productor, si vendiera esa soja en marzo de 2025, lo haría a U$S 386 por tonelada; es decir que 3,5 toneladas serían U$S 1.351 por cada hectárea cultivada.Pero no. Eso no es lo que le queda al productor en su bolsillo. Porque aquí aparece el problema de las retenciones que hacen que la ganancia sea mucho menor.RetencionesComo se sabe, las retenciones a la soja implican que el Estado le cobre el 33% del valor bruto de la soja al productor. Ese porcentaje se descuenta al momento de la venta de los granos.¿De cuánto dólares hablamos? En la planilla de Roulet, dice que Estado se queda con U$S 445,83 por hectárea. Restados a los U$S 1.351 del valor que debería haber tenido la producción para quien la sembró, al productor le quedarían en ese primer paso unos U$S 858.Pero hay que seguir bajando, porque a ese monto hay que descontarle U$S 348 por el alquiler del campo, los U$S 362 de los costos directos, y los U$S 199 de los costos indirectos.Es decir que no habría ganancias. Al contrario, Roulet remarca que el margen bruto negativo pasaría a ser de U$S 51,44 por hectárea.¿Quedó ahí la pérdida? No. Aún hay que pagar otros impuestos, además de las retenciones, como el del “cheque” (U$S 10,29) y U$S 17 por Ingresos Brutos. Eso sí: en este caso, no habría “Ganancias”.Con todo lo mencionado, el productor de Roulet debería desembolsar otros U$S 78,90 por cada hectárea sembrada.La Voz
