El cierre de la temporada dejó varias definiciones en Talleres y una de las más relevantes tuvo que ver con la situación de sus centrodelanteros. En ese marco, Nahuel Bustos y Federico Girotti quedaron comprendidos dentro de un concepto que el club utilizó para 11 jugadores del plantel profesional: “Con proyección de salida”. Se trata de futbolistas con contrato vigente, pero a los que la institución considera dentro de un escenario de posible transferencia o reubicación en el corto plazo.
La catalogación no es menor. Ambos atacantes tienen vínculo activo con Talleres —Girotti hasta diciembre de 2027, con el 75% de su pase en poder del club, y Bustos hasta el 31 de diciembre de 2026, también con la totalidad del pase—, pero el análisis deportivo del segundo semestre de 2025 y la planificación para lo que viene los colocó en una zona de definición.
El 2025 fue un año de transición compleja para el puesto de “9” en Talleres. Bajo la conducción de Carlos Tevez, el equipo nunca terminó de consolidar a un centrodelantero titular indiscutido. De hecho, el DT cerró el ciclo apelando a un esquema sin referencia fija, priorizando la velocidad y movilidad de Rick y Angulo, una señal clara de que el rol clásico empezó a perder peso en un modelo de juego que contempló a los especialistas como suplentes.
A veces, no ingresaron.
En ese contexto, Federico Girotti (26 años) fue el atacante con mayor continuidad. Disputó 37 partidos oficiales (80% de titular), convirtió cuatro goles y aportó dos asistencias, números que reflejan su protagonismo relativo dentro de un equipo que mutó permanentemente en ataque. En paralelo, su nombre volvió a instalarse en el radar del mercado: tuvo sondeos de dos clubes del exterior y, en el ámbito local, llegó a sonar en Rosario Central, aunque sin avances formales.
Nahuel Bustos (27 años), por su parte, atravesó el año desde un lugar más secundario. Fue alternativa, jugó 31 partidos, marcó un gol y dio una asistencia. Con Tevez como entrenador, apenas estuvo una vez fue titular, un dato que marcó su pérdida de espacio en el tramo decisivo de la temporada. Sin embargo, su cotización nunca se detuvo: a mitad de año tuvo todo acordado para pasar a Atlético Nacional de Medellín, pero la operación no se concretó porque el propio Tevez le pidió que se quedara. Además, Millonarios de Colombia también acercó una oferta por el delantero.
Ambos futbolistas, que ya suepieron salir a préstamo a San Lorenzo, mantuvieron reuniones con la dirigencia albiazul en el cierre del torneo. Allí recibieron una definición clave: Talleres incorporará dos jugadores para el puesto, una decisión que impacta de lleno en sus proyecciones deportivas.
Es más, tiene que volver Bruno Barticciotto, ya que Santos Laguna no lo comprará, y también tendrá que hacerlo David Romero, si Tigre no lo hace, algo que debe notificar ya que vence el prèstamo el 31 de diciembre.
El mensaje fue claro: nadie les cerró la puerta, pero el escenario de competencia será igual. No tendrán prioridad si no hay ofertas que cierren a todas las partes.
El tercer delantero natural del plantel fue Cristian Tarragona, quien rescindió su contrato y se marchó a Unión a mitad de año, dejando aún más expuesta la dificultad del equipo para consolidar goles desde el centro del ataque.
Con contratos por delante, recorridos distintos y mercado activo, Bustos y Girotti integran hoy un mismo concepto: jugadores valiosos, con vigencia contractual, pero ubicados en una franja donde el equilibrio entre planificación deportiva y oportunidades de salida empieza a definir el futuro inmediato. En Talleres, el rediseño del ataque se puso en marcha.
El cierre de la temporada dejó varias definiciones en Talleres y una de las más relevantes tuvo que ver con la situación de sus centrodelanteros. En ese marco, Nahuel Bustos y Federico Girotti quedaron comprendidos dentro de un concepto que el club utilizó para 11 jugadores del plantel profesional: “Con proyección de salida”. Se trata de futbolistas con contrato vigente, pero a los que la institución considera dentro de un escenario de posible transferencia o reubicación en el corto plazo.La catalogación no es menor. Ambos atacantes tienen vínculo activo con Talleres —Girotti hasta diciembre de 2027, con el 75% de su pase en poder del club, y Bustos hasta el 31 de diciembre de 2026, también con la totalidad del pase—, pero el análisis deportivo del segundo semestre de 2025 y la planificación para lo que viene los colocó en una zona de definición.El 2025 fue un año de transición compleja para el puesto de “9” en Talleres. Bajo la conducción de Carlos Tevez, el equipo nunca terminó de consolidar a un centrodelantero titular indiscutido. De hecho, el DT cerró el ciclo apelando a un esquema sin referencia fija, priorizando la velocidad y movilidad de Rick y Angulo, una señal clara de que el rol clásico empezó a perder peso en un modelo de juego que contempló a los especialistas como suplentes.A veces, no ingresaron. En ese contexto, Federico Girotti (26 años) fue el atacante con mayor continuidad. Disputó 37 partidos oficiales (80% de titular), convirtió cuatro goles y aportó dos asistencias, números que reflejan su protagonismo relativo dentro de un equipo que mutó permanentemente en ataque. En paralelo, su nombre volvió a instalarse en el radar del mercado: tuvo sondeos de dos clubes del exterior y, en el ámbito local, llegó a sonar en Rosario Central, aunque sin avances formales.Nahuel Bustos (27 años), por su parte, atravesó el año desde un lugar más secundario. Fue alternativa, jugó 31 partidos, marcó un gol y dio una asistencia. Con Tevez como entrenador, apenas estuvo una vez fue titular, un dato que marcó su pérdida de espacio en el tramo decisivo de la temporada. Sin embargo, su cotización nunca se detuvo: a mitad de año tuvo todo acordado para pasar a Atlético Nacional de Medellín, pero la operación no se concretó porque el propio Tevez le pidió que se quedara. Además, Millonarios de Colombia también acercó una oferta por el delantero.Ambos futbolistas, que ya suepieron salir a préstamo a San Lorenzo, mantuvieron reuniones con la dirigencia albiazul en el cierre del torneo. Allí recibieron una definición clave: Talleres incorporará dos jugadores para el puesto, una decisión que impacta de lleno en sus proyecciones deportivas.Es más, tiene que volver Bruno Barticciotto, ya que Santos Laguna no lo comprará, y también tendrá que hacerlo David Romero, si Tigre no lo hace, algo que debe notificar ya que vence el prèstamo el 31 de diciembre.El mensaje fue claro: nadie les cerró la puerta, pero el escenario de competencia será igual. No tendrán prioridad si no hay ofertas que cierren a todas las partes.El tercer delantero natural del plantel fue Cristian Tarragona, quien rescindió su contrato y se marchó a Unión a mitad de año, dejando aún más expuesta la dificultad del equipo para consolidar goles desde el centro del ataque.Con contratos por delante, recorridos distintos y mercado activo, Bustos y Girotti integran hoy un mismo concepto: jugadores valiosos, con vigencia contractual, pero ubicados en una franja donde el equilibrio entre planificación deportiva y oportunidades de salida empieza a definir el futuro inmediato. En Talleres, el rediseño del ataque se puso en marcha.
La Voz
