A pesar de las presiones que bajaron hasta último minuto, el Gobierno no logró boicotear la sesión del Senado: la oposición consiguió el quórum con 38 presentes y tiene el camino allanado para voltear los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, los dos jueces designados por decreto en la Corte Suprema de Justicia. El presidente Javier Milei, quien se encuentra de viaje en Estados Unidos, se expone así a la derrota más dura desde el inicio de su gestión.
Unión por la Patria aportó 33 de sus 34 senadores: solo le faltó la jujeña Carolina Moisés, quien hace poco formó un bloque con otros legisladores que no responden a Cristina Kirchner. Los no peronistas que aportaron al número fueron los radicales Martín Lousteau y Pablo Blanco; Alfredo De Angeli, jefe del bloque PRO, y su compañera de bloque Victoria Huala; y el monobloquista formoseño Francisco Paoltroni.
En la previa, el expresidente Mauricio Macri había bajado la orden de que el PRO bajara a dar quórum, pero solo De Angeli y Huala acataron. Entre los ausentes del bloque estuvieron los cordobeses Luis Juez y Carmen Álvarez Rivero, quienes cumplieron con su palabra de no habilitar la sesión. Ambos votarán a favor de García-Mansilla y en contra de Lijo.
La UCR también amenazaba con dar quórum si el Gobierno no retiraba los pliegos, pero finalmente solo se sentaron los dos radicales más opositores a Milei, Lousteau y Blanco.
La peronista cordobesa Alejandra Vigo (Unidad Federal) había anticipado que daría quórum, pero finalmente no cumplió su palabra: bajó al recinto una vez comenzada la sesión. La explicación que dieron en su entorno, sin abundar en detalles, es que “se demoró porque estaba en el médico”. La senadora y esposa del exgobernador Juan Schiaretti se encamina a votar en contra de los dos pliegos.
En la reunión previa de Labor Parlamentaria entre jefes de bloque se acordó realizar una sesión corta, con los pliegos como único tema. El debate es conducido por el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, ya que la vicepresidenta Victoria Villarruel se encuentra al mando del Poder Ejecutivo por la ausencia de Milei.
El Gobierno se mantuvo firme en la idea del “todo o nada” y no retiró los pliegos, tal como le rogaban sus socios del PRO y la UCR para no tener que votar en contra. El hartazgo ante la negativa del oficialismo y el deseo de agotar el debate llevaría a que la mayor parte del radicalismo y el PRO finalmente rechacen a los jueces.
Se necesitan de máxima 25 votos negativos (un tercio más uno) para bloquear los dos tercios necesarios para aprobar los pliegos. Si al momento de la votación hay menos presentes, se necesitarán menos votos. Por lo tanto, el escenario es muy adverso para el Gobierno, que sufre las consecuencias de haberse abroquelado en sus dos nombres y no haber abierto ninguna negociación con la oposición para torcer voluntades.
Si el Senado definitivamente rechaza el pliego de García-Mansilla, el Gobierno lo sostendrá en el cargo hasta que expire su designación en comisión. “Va a seguir hasta el 30 de noviembre, por supuesto. Su designación es sin perjuicio de lo que resuelva el Senado”, ratificó este miércoles el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
En Unión por la Patria sostienen que el mandato cae automáticamente con el rechazo de la Cámara alta, o de lo contrario, todos los fallos que firme García-Mansilla de aquí en más serán “nulos de nulidad absoluta”. Asimismo, la expresidenta Cristina Kirchner acaba de recusar al juez nombrado por Milei porque teme que no sea imparcial en la causa Vialidad, donde la Corte debe decidir si ratifica la condena a seis años de prisión.
Para García-Mansilla, la única forma de ser removido del cargo es mediante juicio político, un proceso más complejo que requiere mayorías especiales en el Congreso. Así lo afirmó en un escrito presentado ante el juez federal de La Plata Alejo Ramos Padilla, que analiza la constitucionalidad del decreto presidencial que lo colocó en la Corte.
Lijo fue nombrado por decreto junto con García-Mansilla, pero no asumió porque se negó a renunciar a su cargo actual en Comodoro Py y la Corte no le aceptó la licencia. Su vínculo con gobernadores peronistas le proveería de un puñado de votos de Unión por la Patria, pero aún así no alcanzaría los dos tercios.
A pesar de las presiones que bajaron hasta último minuto, el Gobierno no logró boicotear la sesión del Senado: la oposición consiguió el quórum con 38 presentes y tiene el camino allanado para voltear los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, los dos jueces designados por decreto en la Corte Suprema de Justicia. El presidente Javier Milei, quien se encuentra de viaje en Estados Unidos, se expone así a la derrota más dura desde el inicio de su gestión.Unión por la Patria aportó 33 de sus 34 senadores: solo le faltó la jujeña Carolina Moisés, quien hace poco formó un bloque con otros legisladores que no responden a Cristina Kirchner. Los no peronistas que aportaron al número fueron los radicales Martín Lousteau y Pablo Blanco; Alfredo De Angeli, jefe del bloque PRO, y su compañera de bloque Victoria Huala; y el monobloquista formoseño Francisco Paoltroni.En la previa, el expresidente Mauricio Macri había bajado la orden de que el PRO bajara a dar quórum, pero solo De Angeli y Huala acataron. Entre los ausentes del bloque estuvieron los cordobeses Luis Juez y Carmen Álvarez Rivero, quienes cumplieron con su palabra de no habilitar la sesión. Ambos votarán a favor de García-Mansilla y en contra de Lijo. La UCR también amenazaba con dar quórum si el Gobierno no retiraba los pliegos, pero finalmente solo se sentaron los dos radicales más opositores a Milei, Lousteau y Blanco. La peronista cordobesa Alejandra Vigo (Unidad Federal) había anticipado que daría quórum, pero finalmente no cumplió su palabra: bajó al recinto una vez comenzada la sesión. La explicación que dieron en su entorno, sin abundar en detalles, es que “se demoró porque estaba en el médico”. La senadora y esposa del exgobernador Juan Schiaretti se encamina a votar en contra de los dos pliegos. En la reunión previa de Labor Parlamentaria entre jefes de bloque se acordó realizar una sesión corta, con los pliegos como único tema. El debate es conducido por el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, ya que la vicepresidenta Victoria Villarruel se encuentra al mando del Poder Ejecutivo por la ausencia de Milei. El Gobierno se mantuvo firme en la idea del “todo o nada” y no retiró los pliegos, tal como le rogaban sus socios del PRO y la UCR para no tener que votar en contra. El hartazgo ante la negativa del oficialismo y el deseo de agotar el debate llevaría a que la mayor parte del radicalismo y el PRO finalmente rechacen a los jueces. Se necesitan de máxima 25 votos negativos (un tercio más uno) para bloquear los dos tercios necesarios para aprobar los pliegos. Si al momento de la votación hay menos presentes, se necesitarán menos votos. Por lo tanto, el escenario es muy adverso para el Gobierno, que sufre las consecuencias de haberse abroquelado en sus dos nombres y no haber abierto ninguna negociación con la oposición para torcer voluntades. Si el Senado definitivamente rechaza el pliego de García-Mansilla, el Gobierno lo sostendrá en el cargo hasta que expire su designación en comisión. “Va a seguir hasta el 30 de noviembre, por supuesto. Su designación es sin perjuicio de lo que resuelva el Senado”, ratificó este miércoles el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. En Unión por la Patria sostienen que el mandato cae automáticamente con el rechazo de la Cámara alta, o de lo contrario, todos los fallos que firme García-Mansilla de aquí en más serán “nulos de nulidad absoluta”. Asimismo, la expresidenta Cristina Kirchner acaba de recusar al juez nombrado por Milei porque teme que no sea imparcial en la causa Vialidad, donde la Corte debe decidir si ratifica la condena a seis años de prisión. Para García-Mansilla, la única forma de ser removido del cargo es mediante juicio político, un proceso más complejo que requiere mayorías especiales en el Congreso. Así lo afirmó en un escrito presentado ante el juez federal de La Plata Alejo Ramos Padilla, que analiza la constitucionalidad del decreto presidencial que lo colocó en la Corte.Lijo fue nombrado por decreto junto con García-Mansilla, pero no asumió porque se negó a renunciar a su cargo actual en Comodoro Py y la Corte no le aceptó la licencia. Su vínculo con gobernadores peronistas le proveería de un puñado de votos de Unión por la Patria, pero aún así no alcanzaría los dos tercios.La Voz
