Juliana Gattas, la adaptación y su rol como mujer influyente: “Miranda! es como una burbuja social”
El regreso a los shows presenciales fue un momento muy fuerte y movilizante para algunos artistas. Para otros, el cambio no fue tan drástico ya que venían muy activos dentro del intercambio que propone la virtualidad. El caso de Miranda!, la banda que vuelve a presentarse este viernes en Córdoba, podría ubicarse en este segundo grupo.
Así lo explica de arranque una de sus cantantes, Juliana Gattas, y cara visible del proyecto junto a Ale Sergi. “La verdad es que fuimos haciendo muchas cositas. Tuvimos la suerte de tener un disco entero ya listo, entonces largamos algunas canciones, pudimos ir haciendo videos con protocolos, algunos streamings. Eso generó aunque sea un buen intercambio virtual con el público”, introduce.
A pesar de esta nutrida actividad, Gattas rescata al show en vivo como concepto irrepetible y adelanta las características que decidieron aplicar para adaptarse a estos tiempos. “Los primeros shows fueron como un poco prudentes y ahora ya nos vamos soltando. Es verdad que desde el escenario podemos hacer lo mismo que antes, pero el que se tiene que adaptar es el público o yo misma cuando quiero ir a ver a una banda. Esa demostración de estar dispuestos a bancar esta parada a mí me emociona”, explica.
–En su caso siempre fueron una banda que contagió baile y desenfado. ¿Cómo hacen ahora?
–Hicimos un show especial pensando en este paréntesis porque es mucho más visual, más flashero, se puede disfrutar más quieto. Es electrónico y con todos los hits, pero juegan mucho las pantallas, muchos cambios de vestuario, mucha performance… Hay más disfraz que nunca en toda nuestra carrera, como un alimento para compensar esa quietud.
–En estos meses están cumpliendo 20 años como banda, ¿qué sensación te genera esa efeméride y qué perspectivas tienen en esta nebulosa sin demasiadas certezas?
–Estamos viendo si no postergamos un poco el festejo a una fecha que nos convenga un poco más (risas). Porque el plan era hacer una gira grande, ¡todas las bandas lo hacen! Y en este contexto es muy complicado… Así que todavía no los vamos a cumplir o ponemos de moda el festejo de los 21. ¿Medio raro, no? Personalmente ya perdí esa cosa de nostalgia o que no haya horizonte. Estamos desarrollando un poder de adaptación muy flexible. Sabemos que todo cambia todo el tiempo y no por eso vamos a dejar de disfrutar de algo que soñamos por tantos años. Subirme a un escenario es mucho más fuerte que todo esto que está pasando. Un poco me olvido. A todo el mundo creo que le pasa con lo que le gusta hacer, la pasión sigue ahí y por algún lado tiene que salir. Si te organizás y tomas recaudos, es sano sacarlo afuera.
–También son 20 años de tu relación con Ale, alguien con una presencia muy fuerte en la banda. A pesar del tiempo, siguen manteniendo una química intacta. ¿Cómo se explica?
–Lo que rescato mucho es que cada uno hace de manera específica lo que quiere. Tenemos una libertad muy grande. Yo me fui dedicando mucho más a lo visual, el vestuario, el maquillaje, los videos. Si bien me encanta cantar, no tengo una cosa tan erudita de quedarme tantas horas en el estudio. Ale sí, es más del laboratorio, puede escuchar un banco de sonidos durante tres horas. Ese respeto por que cada uno haga lo que le gusta hace que todo fluya. Estos roles se marcaron pasados los 10 años. Ahí empezamos a sentir que había una plataforma, algo seguro. Antes era pura adrenalina. El vínculo no se parece a nada creo, es único. Y los dos lo valoramos mucho, porque atrás de nuestra relación hay algo tan grande como Miranda!, que es la excusa de hacer lo que queremos con nuestra vida, que por eso la cuidamos para que no le pase nada.
–Desde que la banda ganó más visibilidad, ganaste un lugar importante como mujer en el mundo de la música y muchas empezaron a fijarse más en vos. ¿Cómo ves eso a la distancia y tu lugar como mujer en este contexto de hoy?
–Siempre sentí en mi propio mundo que no había tanto peso en el género. De hecho es algo que yo no lo sabía nombrar, me críe en la discoteca con las drags y todo ese ambiente. Ahora es algo de lo que se habla de manera fluida. Lo mismo en el escenario, Alejandro y yo no tenemos géneros tan marcados. Va dependiendo de lo que queremos expresar, de hecho en este nuevo show Ale se “draguea” y yo tengo una energía más masculina. Eso siempre lo sentí natural adentro de mi mundo, el que yo puedo controlar. Obviamente, la injusticia y todo lo que pasa afuera me pega una cachetada. Me fui dando cuenta de que lo que sentía natural para mí tendría que ser natural para el mundo entero. De a poquito se va empatando, gracias al trabajo de todas, algunas más calculado y el mío mucho más desde el arte y no hablando tanto. Siempre quise transmitir libertad más allá de tener que ponerme a explicar las cosas. Es una militancia poniéndose una peluca, es la forma que yo tengo de expresarme. El arte me ha ayudado mucho más que la política. Todavía me siento en ese lugar con la banda que es como una burbuja social y cuando suceden cosas graves de violencia y demás, me doy cuenta de que aún falta mucho.
–En este último tiempo mostraste una faceta de dibujante y hasta humorista en tus redes. ¿Cómo fue ese proceso?
–Nació bien en la pandemia, con esta necesidad de sacar la energía por algún lado. Cuando era más chica pintaba y garabateaba, pero no había vuelto a dibujar con conciencia de armar algo. Empecé a hacer estos dibujitos con alguna frase curiosa o absurda, sin agenda, que tiene que ver con mi gusto por Twitter, donde también tiro estas frases con doble sentido. Combiné las dos cosas y me pareció una lucecita para mí misma: lo publiqué y me hacía reír, me gustó el feedback. Le di un sentido a todo este encierro que me copa. Ahora hago unas remeras, capaz saco un librito. Hasta me escribieron para ver si quería hacer una muestra… Me llamó la atención porque la verdad no tengo mucha técnica para dibujar y son frases medio pelotudas (risas), sin embargo se ve que la gente estaba necesitando reírse un poco.