Ahorrar en comida, salidas y hasta cambiar el colegio de los chicos: hábitos de la crisis

La crisis económica llevó a las familias cordobesas de clase media a ajustar su estilo de vida, modificando sus hábitos de consumo y recortando gastos esenciales. Desde la alimentación hasta los servicios de salud y entretenimiento, los hogares tuvieron que adaptarse y reconvertirse, priorizando lo indispensable y prescindiendo de lo superfluo.

Alimentos: un cambio drástico en las elecciones

La crisis modificó profundamente las decisiones de compra de las familias. Vanessa Ruiz, gerenta del Centro de Almaceneros, señaló que las ventas cayeron un 26,1% comparado con agosto del año anterior. Este descenso se debió principalmente a la búsqueda constante de ofertas y la preferencia por productos más económicos.

“Las primeras marcas prácticamente desaparecieron de las góndolas, siendo reemplazadas por segundas y terceras marcas, sobre todo en productos de limpieza, donde los artículos sueltos lideran las ventas”, expresó Ruiz.

“Si pasamos por la verdulería, hay poca variabilidad”, explicó Ruiz y argumentó: “Hay más consumo de papas, cebollas, zapallo, porque son más accesibles en precio”.

Los lácteos, un sector que históricamente mostró incrementos constantes, también evidenciaron cambios. “Ya no se venden yogures con cereales o frutas; la leche misma y los quesos duros como el reggianito ya casi no se ven”, comentó Ruiz. En su lugar, las familias optan por productos más básicos y accesibles.

En cuanto a las carnes, la situación es similar. El consumo per cápita de carne vacuna está en mínimos históricos, y las carnicerías se ven obligadas a ofrecer alternativas como cortes de cerdo o menudencias de pollo, que son más asequibles. “Hoy en día se consumen más menudos y alitas de pollo que el pollo entero”, agregó Ruiz.

Por su parte, Sergio Machuca, un carnicero del Mercado Norte, comentó que la caída en el consumo de carne llevó a los clientes a buscar bolsones familiares económicos que puedan durarles toda la semana. “Nosotros tenemos un bolsón de 5 kilos y eso lo lleva mucho la gente”, mencionó.

El asado, un ritual argentino, también sufrió modificaciones. Aunque los clientes aún lo buscan, lo hacen con menos frecuencia y optan por cortes más baratos. Machuca señaló que la cantidad de personas que solían consumir asado varias veces a la semana se redujo, y aquellos que lo siguen haciendo cambiaron sus hábitos.

“Hoy en día, se observa que se venden mucho más las faldas deshuesadas y los bolsones de asado con cortes como el bocado. Es decir, el asado todavía se lleva, pero en menor medida y con otros cortes”, explicó Rafael, dueño de una carnicería.

También agregó que la gente desea mantener el asado en su vida cotidiana y, por eso, busca alternativas para “tirar cosas a la parrilla”. “Hoy en día, vemos que se lleva el pollo entero con unos choris para asar, o un poco de carne y de pollo”, comentó Rafael.

Golosinas: menos en la cantina

El rubro de las golosinas y chocolates tampoco fue inmune a la crisis. María José, encargada de Mercado de Golosinas, afirmó que “las ventas cayeron, especialmente a los kiosqueros”. La tendencia ahora es que las familias compren al por mayor en hipermercados o mayoristas para evitar gastos extra en las cantinas de los colegios, por ejemplo.

Además, la demanda se orientó hacia productos más baratos y en mayor volumen, como las bolsas de sorpresitas para cumpleaños, que ahora priorizan cantidad sobre calidad. Lo mismo pasa con los chocolates, “en vez de llevar un buen chocolate, se busca un bolsón de golosinas que trae un poco de todo, con gran variedad y mucha cantidad, antes que un solo chocolate”.

Cafeterías y heladerías: menos clientes, más “delivery”

El impacto de la crisis también se reflejó en el consumo fuera de casa. David Navarro, dueño de una cafetería en Barrio Jardín y heladerías en Güemes, comentó que los hábitos de sus clientes cambiaron drásticamente. “El cliente que antes venía cinco veces por semana ahora viene tres”, afirmó.

La disminución en el consumo se atribuyó a factores económicos y al aumento en la preferencia por el delivery. “La gente ya no ve salir a tomar un café o comer un helado como una salida regular. Prefieren pedir por apps como PedidosYa o Rappi, que les ofrecen descuentos, lo cual reduce la presencia física en los locales”, explicó Navarro.

La misma tendencia se observó en las heladerías. El consumo en los locales cayó, y los clientes optaron por comprar desde sus casas, buscando ofertas en línea y evitando salir. “El crecimiento del delivery ha hecho que los clientes cambien completamente su forma de consumir”, añadió.

Transporte: menos pasajeros

El sector del transporte público ha experimentado una caída sostenida en el número de pasajeros. Gustavo Mira, presidente de Coniferal, destacó que el uso del transporte urbano se redujo en un 10% en el año. Aunque no atribuyó este descenso a las tarifas, sí lo vinculó con la menor necesidad de desplazarse por parte de las personas. “Cuando hay un ajuste en el precio del boleto, siempre se nota una baja, pero luego se estabiliza”, indicó Mira. No obstante, el contexto actual ha llevado a las familias a restringir el uso de este servicio.

La misma tendencia se observa en los taxis y remises, donde la demanda también ha disminuido. Víctor Moreyra, dueño de una empresa de taxis en Córdoba, explicó que “la demanda en los viajes ha caído y sigue cayendo”. Además, mencionó que el aumento de la competencia con servicios como Uber ha afectado su negocio. “Está bastante complicado, especialmente con el tema de los ilegales, como Uber. La gente opta por esas opciones porque son mucho más baratas que nosotros, entonces las elige para ahorrar un poco”, comentó Moreyra, quien agregó que el usuario que más ha desaparecido es “el que sale a comer y el que vuelve del trabajo”.

En cuanto a los remises, la situación es similar. Alberto Mansilla, dueño de una unidad, justificó la caída en los viajes y lamentó que “ya no es negocio, no alcanza ni para mantener el vehículo”. Mansilla criticó a las centrales de remises por no ofrecer suficientes viajes y comentó: “Las centrales no asignan viajes y, encima, la gente te ve y te deja pasar de largo. El sistema de servicio público de taxis y remises está colapsado”. Añadió que “en breve desaparecerán todos aquellos que tenían que cambiar la unidad y no lo hicieron, y tuvieron que devolver la licencia”.

Mansilla también observó que los viajes que antes eran cubiertos por las centrales de remises ahora son capitalizados por las aplicaciones, y que “gente de todo nivel social” está utilizando estos servicios. Según Mansilla, “desde empleados judiciales, policías, abogados hasta directores de escuela, todos están usando el servicio de aplicaciones”.

Por su parte, los trabajadores de aplicaciones como Uber o DiDi reportan una realidad algo diferente, con una mayor cantidad de viajes debido a sus menores costos y la gran diferencia con los servicios tradicionales como taxis y remises. Sin embargo, los trabajadores de aplicaciones que prefirieron no revelar sus nombres mencionaron que los usuarios jóvenes prefieren las motos en lugar de los autos, ya que el precio es prácticamente la mitad.

“Cuando empezaron a aceptar las motos para este tipo de aplicaciones, éramos muy pocos. Hoy en día somos muchos y cubrimos prácticamente todos los puntos de la ciudad. En un año, el crecimiento fue exponencial”, comentó un conductor de Uber Moto a La Voz.

El recorte en los viajes no solo afecta a los servicios de transporte, sino también a los hogares. Las familias están reduciendo sus viajes en auto, dejando vehículos en casa o sacando las motos que tenían guardadas. Oscar, un padre de familia, explicó que dejó parado un auto y comenzó a utilizar la moto. “Lo dejé parado porque es imposible pagar dos seguros de autos con cobertura total y franquicia. Entonces, paré uno de los vehículos y volví a usar la moto, que prácticamente no usaba”, expresó.

Pablo, otro vecino de la ciudad, comentó que trata de economizar juntando viajes. “Con mi pareja tratamos de acomodar los horarios para hacer un solo viaje, entonces el auto se saca una sola vez”.

Francisco, un joven con familia en el interior, explicó que redujo los viajes para visitar a su familia. “Lo puede notar cualquier persona de recursos de clase media o clase baja. Los boletos son muy altos. Yo solía volver cada dos o tres meses, pero ahora trato de estirar lo máximo posible porque está muy caro el pasaje. Son 50 mil pesos ir y venir, como mínimo, y además no hay posibilidades de pago en cuotas en algunos casos”.

Servicios de “streaming” y telecomunicaciones: reducción de costos

Magalí, una vecina de Villa Azalais, explicó cómo adaptó su consumo de servicios de telecomunicaciones para ahorrar. “Me pasé de servicio de internet por una promo. Mi celu es prepago, di de baja Netflix, el pack fútbol y Disney, y me bajé Magis TV, que es gratis”, contó.

Este cambio refleja el esfuerzo de muchas familias por reducir gastos en entretenimiento y priorizar lo básico. En las consultas realizadas por La Voz, se destaca la eliminación del servicio de TV como reemplazo por apps como Magic TV, que ofrece un servicio gratuito en celulares y televisores, conectando hasta tres dispositivos en simultáneo.

Medicamentos: menos cobertura, más consultas

En el ámbito de la salud, la crisis también dejó su marca. Diego Miranda, uno de los directivos del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Córdoba, explicó que las consultas por medicamentos alternativos aumentaron debido a la reducción en las coberturas de las obras sociales y prepagas.

“En Pami se nota más la restricción; al disminuir la cobertura, muchos medicamentos pasan a venta libre y quedan sin el beneficio”, indicó Miranda.

Por su parte, el farmacéutico Fernando Ducoin explicó que la gente “utiliza al profesional farmacéutico para ser asesorada mucho más que antes, y estamos capacitados para eso. Así que le damos todas las alternativas que hay, y en algunos casos, se privan”. “También se están restringiendo los productos de consumo masivo y de uso general mensual”, expresó Ducoin.

Afectación en la atención de la salud

Ignacio Escuti, secretario de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la Provincia de Córdoba (Aclisa), comentó: “Ha bajado un poco todo a raíz de la crisis. Esto viene desde hace mucho tiempo (2 o 3 años) y se refleja en los índices de mortalidad. Igualmente, ha crecido en este último periodo, y en cualquier momento podríamos quedarnos sin pacientes y sin clínicas”.

Juan Grass, también por Aclisa, agregó: “La crisis afecta duramente al sector salud. Este sector ha estado en una crisis permanente, en una caída que viene desde hace más de 20 años. No ha habido políticas para revertir la situación. Todos los sectores estamos en crisis: los recursos humanos médicos y no médicos, las clínicas y el financiador”.

Se eliminan los tercer tiempo

Ezequiel, encargado de un complejo de canchas de fútbol, comentó: “Tenemos muchos clientes fijos de años, por lo que no notamos mucho la baja en los turnos. Pero sí observamos que la bebida bajó en consumo; hoy tengo menos heladeras funcionando, por ejemplo. La gente juega y se va a su casa, no se queda a consumir”.

Ezequiel también señaló que “los asados bajaron cuando fue el primer aumento de la carne; a partir de ahí, se empezó a ver menos gente que consumía carne asada y preferían choris, hamburguesas o pizzas”.

Federico, encargado del complejo deportivo Tancat en Barrio General Paz, expresó: “Estamos terminando la temporada alta. Puedo decir que no ha caído; estamos trabajando bastante bien. En otros clubes al descubierto y clubes nuevos en zonas periféricas, la actividad ha disminuido, según los comentarios en los grupos de cancha”.

“En cuanto a la consumición, sí, algunos turnos vienen, juegan, se traen su termo de agua y después se van”, explicó Federico.

Ajustes en la educación de sus hijos

Javier Basanta Chao, presidente de la Cámara Córdoba de Instituciones Educativas Privadas, comentó: “De 2023 a 2024, no hubo bajas significativas en la gestión privada. Sin embargo, alrededor del 15% de los alumnos se trasladó de escuelas con cuotas más onerosas a escuelas con cuotas más accesibles”.

“Los porcentajes de cambio a la gestión estatal son ínfimos y se mantienen similares a los de años anteriores. Las familias hacen todo lo posible para mantener a sus hijos en la educación privada; si no es posible, eligen una opción más accesible”, argumentó Basanta Chao.

Además, varios padres valoraron que el voucher educativo implementado a principios de año ayudó a mantener la calidad y la continuidad en los colegios privados donde asistían sus hijos.

La crisis económica llevó a las familias cordobesas de clase media a ajustar su estilo de vida, modificando sus hábitos de consumo y recortando gastos esenciales. Desde la alimentación hasta los servicios de salud y entretenimiento, los hogares tuvieron que adaptarse y reconvertirse, priorizando lo indispensable y prescindiendo de lo superfluo.
Alimentos: un cambio drástico en las elecciones
La crisis modificó profundamente las decisiones de compra de las familias. Vanessa Ruiz, gerenta del Centro de Almaceneros, señaló que las ventas cayeron un 26,1% comparado con agosto del año anterior. Este descenso se debió principalmente a la búsqueda constante de ofertas y la preferencia por productos más económicos.
“Las primeras marcas prácticamente desaparecieron de las góndolas, siendo reemplazadas por segundas y terceras marcas, sobre todo en productos de limpieza, donde los artículos sueltos lideran las ventas”, expresó Ruiz.
“Si pasamos por la verdulería, hay poca variabilidad”, explicó Ruiz y argumentó: “Hay más consumo de papas, cebollas, zapallo, porque son más accesibles en precio”.
Los lácteos, un sector que históricamente mostró incrementos constantes, también evidenciaron cambios. “Ya no se venden yogures con cereales o frutas; la leche misma y los quesos duros como el reggianito ya casi no se ven”, comentó Ruiz. En su lugar, las familias optan por productos más básicos y accesibles.
En cuanto a las carnes, la situación es similar. El consumo per cápita de carne vacuna está en mínimos históricos, y las carnicerías se ven obligadas a ofrecer alternativas como cortes de cerdo o menudencias de pollo, que son más asequibles. “Hoy en día se consumen más menudos y alitas de pollo que el pollo entero”, agregó Ruiz.
Por su parte, Sergio Machuca, un carnicero del Mercado Norte, comentó que la caída en el consumo de carne llevó a los clientes a buscar bolsones familiares económicos que puedan durarles toda la semana. “Nosotros tenemos un bolsón de 5 kilos y eso lo lleva mucho la gente”, mencionó.
El asado, un ritual argentino, también sufrió modificaciones. Aunque los clientes aún lo buscan, lo hacen con menos frecuencia y optan por cortes más baratos. Machuca señaló que la cantidad de personas que solían consumir asado varias veces a la semana se redujo, y aquellos que lo siguen haciendo cambiaron sus hábitos.
“Hoy en día, se observa que se venden mucho más las faldas deshuesadas y los bolsones de asado con cortes como el bocado. Es decir, el asado todavía se lleva, pero en menor medida y con otros cortes”, explicó Rafael, dueño de una carnicería.
También agregó que la gente desea mantener el asado en su vida cotidiana y, por eso, busca alternativas para “tirar cosas a la parrilla”. “Hoy en día, vemos que se lleva el pollo entero con unos choris para asar, o un poco de carne y de pollo”, comentó Rafael.
Golosinas: menos en la cantina
El rubro de las golosinas y chocolates tampoco fue inmune a la crisis. María José, encargada de Mercado de Golosinas, afirmó que “las ventas cayeron, especialmente a los kiosqueros”. La tendencia ahora es que las familias compren al por mayor en hipermercados o mayoristas para evitar gastos extra en las cantinas de los colegios, por ejemplo.
Además, la demanda se orientó hacia productos más baratos y en mayor volumen, como las bolsas de sorpresitas para cumpleaños, que ahora priorizan cantidad sobre calidad. Lo mismo pasa con los chocolates, “en vez de llevar un buen chocolate, se busca un bolsón de golosinas que trae un poco de todo, con gran variedad y mucha cantidad, antes que un solo chocolate”.
Cafeterías y heladerías: menos clientes, más “delivery”
El impacto de la crisis también se reflejó en el consumo fuera de casa. David Navarro, dueño de una cafetería en Barrio Jardín y heladerías en Güemes, comentó que los hábitos de sus clientes cambiaron drásticamente. “El cliente que antes venía cinco veces por semana ahora viene tres”, afirmó.
La disminución en el consumo se atribuyó a factores económicos y al aumento en la preferencia por el delivery. “La gente ya no ve salir a tomar un café o comer un helado como una salida regular. Prefieren pedir por apps como PedidosYa o Rappi, que les ofrecen descuentos, lo cual reduce la presencia física en los locales”, explicó Navarro.
La misma tendencia se observó en las heladerías. El consumo en los locales cayó, y los clientes optaron por comprar desde sus casas, buscando ofertas en línea y evitando salir. “El crecimiento del delivery ha hecho que los clientes cambien completamente su forma de consumir”, añadió.
Transporte: menos pasajeros
El sector del transporte público ha experimentado una caída sostenida en el número de pasajeros. Gustavo Mira, presidente de Coniferal, destacó que el uso del transporte urbano se redujo en un 10% en el año. Aunque no atribuyó este descenso a las tarifas, sí lo vinculó con la menor necesidad de desplazarse por parte de las personas. “Cuando hay un ajuste en el precio del boleto, siempre se nota una baja, pero luego se estabiliza”, indicó Mira. No obstante, el contexto actual ha llevado a las familias a restringir el uso de este servicio.
La misma tendencia se observa en los taxis y remises, donde la demanda también ha disminuido. Víctor Moreyra, dueño de una empresa de taxis en Córdoba, explicó que “la demanda en los viajes ha caído y sigue cayendo”. Además, mencionó que el aumento de la competencia con servicios como Uber ha afectado su negocio. “Está bastante complicado, especialmente con el tema de los ilegales, como Uber. La gente opta por esas opciones porque son mucho más baratas que nosotros, entonces las elige para ahorrar un poco”, comentó Moreyra, quien agregó que el usuario que más ha desaparecido es “el que sale a comer y el que vuelve del trabajo”.
En cuanto a los remises, la situación es similar. Alberto Mansilla, dueño de una unidad, justificó la caída en los viajes y lamentó que “ya no es negocio, no alcanza ni para mantener el vehículo”. Mansilla criticó a las centrales de remises por no ofrecer suficientes viajes y comentó: “Las centrales no asignan viajes y, encima, la gente te ve y te deja pasar de largo. El sistema de servicio público de taxis y remises está colapsado”. Añadió que “en breve desaparecerán todos aquellos que tenían que cambiar la unidad y no lo hicieron, y tuvieron que devolver la licencia”.
Mansilla también observó que los viajes que antes eran cubiertos por las centrales de remises ahora son capitalizados por las aplicaciones, y que “gente de todo nivel social” está utilizando estos servicios. Según Mansilla, “desde empleados judiciales, policías, abogados hasta directores de escuela, todos están usando el servicio de aplicaciones”.
Por su parte, los trabajadores de aplicaciones como Uber o DiDi reportan una realidad algo diferente, con una mayor cantidad de viajes debido a sus menores costos y la gran diferencia con los servicios tradicionales como taxis y remises. Sin embargo, los trabajadores de aplicaciones que prefirieron no revelar sus nombres mencionaron que los usuarios jóvenes prefieren las motos en lugar de los autos, ya que el precio es prácticamente la mitad.
“Cuando empezaron a aceptar las motos para este tipo de aplicaciones, éramos muy pocos. Hoy en día somos muchos y cubrimos prácticamente todos los puntos de la ciudad. En un año, el crecimiento fue exponencial”, comentó un conductor de Uber Moto a La Voz.
El recorte en los viajes no solo afecta a los servicios de transporte, sino también a los hogares. Las familias están reduciendo sus viajes en auto, dejando vehículos en casa o sacando las motos que tenían guardadas. Oscar, un padre de familia, explicó que dejó parado un auto y comenzó a utilizar la moto. “Lo dejé parado porque es imposible pagar dos seguros de autos con cobertura total y franquicia. Entonces, paré uno de los vehículos y volví a usar la moto, que prácticamente no usaba”, expresó.
Pablo, otro vecino de la ciudad, comentó que trata de economizar juntando viajes. “Con mi pareja tratamos de acomodar los horarios para hacer un solo viaje, entonces el auto se saca una sola vez”.
Francisco, un joven con familia en el interior, explicó que redujo los viajes para visitar a su familia. “Lo puede notar cualquier persona de recursos de clase media o clase baja. Los boletos son muy altos. Yo solía volver cada dos o tres meses, pero ahora trato de estirar lo máximo posible porque está muy caro el pasaje. Son 50 mil pesos ir y venir, como mínimo, y además no hay posibilidades de pago en cuotas en algunos casos”.
Servicios de “streaming” y telecomunicaciones: reducción de costos
Magalí, una vecina de Villa Azalais, explicó cómo adaptó su consumo de servicios de telecomunicaciones para ahorrar. “Me pasé de servicio de internet por una promo. Mi celu es prepago, di de baja Netflix, el pack fútbol y Disney, y me bajé Magis TV, que es gratis”, contó.
Este cambio refleja el esfuerzo de muchas familias por reducir gastos en entretenimiento y priorizar lo básico. En las consultas realizadas por La Voz, se destaca la eliminación del servicio de TV como reemplazo por apps como Magic TV, que ofrece un servicio gratuito en celulares y televisores, conectando hasta tres dispositivos en simultáneo.
Medicamentos: menos cobertura, más consultas
En el ámbito de la salud, la crisis también dejó su marca. Diego Miranda, uno de los directivos del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Córdoba, explicó que las consultas por medicamentos alternativos aumentaron debido a la reducción en las coberturas de las obras sociales y prepagas.
“En Pami se nota más la restricción; al disminuir la cobertura, muchos medicamentos pasan a venta libre y quedan sin el beneficio”, indicó Miranda.
Por su parte, el farmacéutico Fernando Ducoin explicó que la gente “utiliza al profesional farmacéutico para ser asesorada mucho más que antes, y estamos capacitados para eso. Así que le damos todas las alternativas que hay, y en algunos casos, se privan”. “También se están restringiendo los productos de consumo masivo y de uso general mensual”, expresó Ducoin.
Afectación en la atención de la salud
Ignacio Escuti, secretario de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la Provincia de Córdoba (Aclisa), comentó: “Ha bajado un poco todo a raíz de la crisis. Esto viene desde hace mucho tiempo (2 o 3 años) y se refleja en los índices de mortalidad. Igualmente, ha crecido en este último periodo, y en cualquier momento podríamos quedarnos sin pacientes y sin clínicas”.
Juan Grass, también por Aclisa, agregó: “La crisis afecta duramente al sector salud. Este sector ha estado en una crisis permanente, en una caída que viene desde hace más de 20 años. No ha habido políticas para revertir la situación. Todos los sectores estamos en crisis: los recursos humanos médicos y no médicos, las clínicas y el financiador”.
Se eliminan los tercer tiempo
Ezequiel, encargado de un complejo de canchas de fútbol, comentó: “Tenemos muchos clientes fijos de años, por lo que no notamos mucho la baja en los turnos. Pero sí observamos que la bebida bajó en consumo; hoy tengo menos heladeras funcionando, por ejemplo. La gente juega y se va a su casa, no se queda a consumir”.
Ezequiel también señaló que “los asados bajaron cuando fue el primer aumento de la carne; a partir de ahí, se empezó a ver menos gente que consumía carne asada y preferían choris, hamburguesas o pizzas”.
Federico, encargado del complejo deportivo Tancat en Barrio General Paz, expresó: “Estamos terminando la temporada alta. Puedo decir que no ha caído; estamos trabajando bastante bien. En otros clubes al descubierto y clubes nuevos en zonas periféricas, la actividad ha disminuido, según los comentarios en los grupos de cancha”.
“En cuanto a la consumición, sí, algunos turnos vienen, juegan, se traen su termo de agua y después se van”, explicó Federico.
Ajustes en la educación de sus hijos
Javier Basanta Chao, presidente de la Cámara Córdoba de Instituciones Educativas Privadas, comentó: “De 2023 a 2024, no hubo bajas significativas en la gestión privada. Sin embargo, alrededor del 15% de los alumnos se trasladó de escuelas con cuotas más onerosas a escuelas con cuotas más accesibles”.
“Los porcentajes de cambio a la gestión estatal son ínfimos y se mantienen similares a los de años anteriores. Las familias hacen todo lo posible para mantener a sus hijos en la educación privada; si no es posible, eligen una opción más accesible”, argumentó Basanta Chao.
Además, varios padres valoraron que el voucher educativo implementado a principios de año ayudó a mantener la calidad y la continuidad en los colegios privados donde asistían sus hijos.La Voz

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