De drogas: mitos y supuestos

Gran parte del discurso dominante sobre “las drogas” y los problemas que ocasionan toma resonancia a partir de los medios masivos de comunicación. Lamentablemente, muchas veces lo que escuchamos, vemos o leemos en relación a esta problemática son solo generalizaciones, producto del sentido común (o el “sinsentido común”), carentes de sustento científico o criterios válidos, ya sean los mismos basados en la experiencia clínica o la investigación aplicada.

En la base de estos discursos encontramos generalmente un núcleo importante de prejuicios. Un prejuicio puede asumir la función de darle sentido (completar) con nuestras propias ideas y suposiciones una realidad que no conocemos o no comprendemos. Proponemos en tanto, revisar algunas afirmaciones que circulan con mucha frecuencia en torno a “las drogas”, muchas de ellas con el acervo popular de mitos ya arraigados y generalizados entre todos/as.

“Todas las drogas son iguales”

Falso. Las drogas difieren significativamente unas de otras en relación a su toxicidad, su capacidad adictógena (de generar dependencia) y de sus márgenes de seguridad (riesgos de intoxicación sobredosis y/o muerte)

“Las drogas más peligrosas en nuestro medio son las ilegales”

Falso. Las drogas más generalizadas en nuestro medio (las más consumidas), e incluso las que mayor cantidad de enfermedades y muertes provocan son el cigarrillo y luego el alcohol, drogas de venta legal.

“Las drogas peligrosas”

Relativo. Las drogas en sí mismas son inocuas, el uso que las personas hacen de ellas puede o no ser peligroso dependiendo del fin con que se utilicen y las formas y pautas de dicha utilización (debemos recordar que la gran mayoría de las drogas de abuso fueron concebidas en sus inicios con finalidades médicas)

“Todos los que consumen drogas son drogadictos”

Falso. Existen tres tipos de distinción clínica en relación al consumo de drogas: el uso experimental, no problemático; el abuso y la dependencia. La gran mayoría de las personas que presentan problemas de consumo de drogas se incluyen en la categoría de abusadores (lo cual plantea, por ejemplo, un mejor pronóstico para su recuperación). Un porcentaje significativamente menor lo ocupan aquellos que pueden ser diagnosticados, según parámetros clínicos específicos, como adictos o dependientes.

“La drogadicción es incurable”

Relativo. Todas las personas con un problema de consumo de drogas pueden recuperarse contando con un apoyo psicoterapéutico acorde a sus necesidades y problemática. No obstante, una persona adicta, si bien puede permanecer abstinente de por vida, debe mantener ciertos cuidados y precauciones siempre. Cierta predisposición al consumo no desaparece y la persona debe cuidarse de dicha vulnerabilidad específica.

“Los jóvenes se drogan para cometer delitos”

Falso. No todos los jóvenes/as que consumen drogas lo hacen para cometer delitos, como no todos/as los jóvenes que cometen delitos lo hacen bajo el efecto de las drogas. Esa linealidad, alentada generalmente desde los medios de comunicación (en la mentada conjunción juventud-pobreza-delincuencia-adicción), es falsa y compone sesgos discriminatorios y de ignorancia llana.

A modo de conclusión, debemos asumir que la problemática del consumo de drogas es siempre compleja y multideterminada (inciden en ella distintos factores individuales, sociales, culturales) por lo cual generalizaciones sobre el tema (como las citadas anteriormente) son generalmente superfluas y sin fundamentos.

Lic. Mariano Carrizo
Coordinador Terapéutico de la Asociación Civil Programa del Sol
Tel: (0351) 4743938. cordoba@programadelsol.com.ar