El quiebre del asesino de Ivana, el nombre del séptimo femicidio del año en Córdoba
Afuera, el Carnaval se celebra en los bares y el bullicio de la avenida Edén se cuela por las ventanas de la comisaría, una vieja casona que contrasta con las vidrieras de los locales comerciales de la cuadra. Encerrado en una celda destinada al paso transitorio de detenidos por delitos menores, Galván pasa poco tiempo quieto. Camina con las manos entrelazadas sobre su nuca. Respira y su mirada se pierde en los detalles de la pared. Las horas pasan, los 8 días se hacen largos entre esos muros y la reja. La tensión crece, los pensamientos vienen en fuertes oleadas y no se van.
Lo que pasó esa noche, la del jueves 11 de febrero y lo que siguió ya en las primeras horas del viernes, sólo tiene a un testigo vivo. Y es él, un piloto militar experto en operaciones de guerra, en mapas y en tácticas de ataque y defensa.
Su versión de lo que pasó esa noche es la única que quedará en palabras: Ivana Módica (47) está muerta. Y los investigadores buscan pruebas para que el cuerpo de la víctima de un nuevo femicidio en Córdoba hable y ofrezca detalles de cómo se dieron los hechos.
La fiscal de Instrucción del Tercer Turno de Villa Carlos Paz, Jorgelina Gómez, tuvo a su cargo la investigación ya que su par de Cosquín, Paula Kelm, está en uso de licencia.
Sus colaboradores aseguran que durmió muy pocas horas en los últimos días y afirman que mientras revisaban lentamente las cámaras de seguridad ubicadas sobre la ruta 38, estaban a horas de trasladar la búsqueda a la zona donde finalmente se encontró el cuerpo.
El viernes, los ocho días de encierro pesaron en el espíritu de Galván. “Cuando le informaron que iba a ser trasladado al penal de Bouwer, es como que le cayó la ficha y supo que no tenía escapatoria”, afirmó una fuente que estuvo cerca del militar en esos días de detención.
Felipe Jure, su abogado defensor, se adelantó al operativo de traslado y le avisó a la fiscal que su cliente quería declarar. El aire comenzó a cambiar en la vereda de la calle Rivadavia y entre los periodistas que aguardaban novedades frente al edificio de la Policía las especulaciones crecían con la misma intensidad que los rumores. No hubo, como en los días anteriores, una conferencia de prensa de ningún jefe del operativo y un uniformado salió a avisarles que la fiscal y el jefe de la Departamental Punilla, Cristian Cattaneo, estaban en una reunión importante.
Pasadas las 20, en medio de un fuerte operativo de seguridad, un móvil sacó a Galván de la comisaría. Con el rostro tapado con una prenda de ropa, el militar fue trasladado a los Tribunales de Cosquín.
Al brindar su testimonio a la fiscal, el vicecomodoro se mostró tranquilo y con hablar pausado. Como había dicho su abogado, mirando a la fiscal Gómez explicó que hubo una fuerte discusión y puso especial énfasis en que la situación lo “sacó”.
Si bien no hay hasta el momento detalles de la secuencia de los hechos, las fuentes judiciales señalan que Ivana fue estrangulada, un elemento que se conocerá con certeza cuando se determine con la autopsia.
Luego de varias horas de una indagatoria que se daba en Cosquín, a pocos kilómetros, en La Falda, los vecinos comenzaron a ver un despliegue inusitado de móviles en la ciudad. Se cerró el acceso a las calles cercanas al hotel Edén y el paso por el viejo Camino del Cuadrado. Había un dato. Galván dio detalles del lugar en donde había dejado el cuerpo. Como la confusión crecía, personal del Eter trasladó al detenido hasta el sector y fue el militar el que señaló el lugar preciso. El cuerpo fue encontrado cerca de la 1.30 de este sábado. Estaba a un costado de la ruta, en un lugar de escaso paso de peatones y baqueanos en el kilómetro 11,5 del Camino del Cuadrado, a unos pocos kilómetros del cruce con la vieja traza de la ruta que une al Valle de Punilla con las Sierras Chicas.
Este sábado, policías y bomberos seguían en el lugar con un solo objetivo: encontrar el celular de Ivana que no apareció en la casa ni en ningún otro sitio.
La pista falsa
Lo primero que hizo Galván cuando la familia de Ivana denunció su desaparición fue plantar una operación para despistar a los jefes del centro de operaciones que se montó en La Falda para dar con el paradero de Ivana. Dijo que ese viernes 12, a las 6 salió de la casa de calle Marconi al 500, en un barrio tranquilo con postales de las sierras en cada ventana, y que su novia quedó dormida, en la cama que compartían. Y les dijo que posiblemente había salido a caminar, como hacía habitualmente, hasta el cerro La Banderita. “Perdimos tres días con ese dato falso”, dijo uno de los integrantes de los grupos de búsqueda.
Un “sí” sospechoso
Nicole estaba a punto de viajar a ver a su madre. La cuarentena y el aislamiento obligado de Ivana, que trabajaba como personal civil de la Fuerza Aérea y por padecer asma era paciente de riesgo en contraer Covid-19, había acrecentado la ansiedad por el reencuentro.
Nicole preparaba su arribo a La Falda y el intercambio de mensajes con su madre era intenso en la tarde del jueves. Después, llegaron el silencio y las respuestas con monosílabos. “¿Viste las fotos de tus nietos?, le preguntó Ivana a través de un mensaje de Whatsapp. “Sí”, fue la única respuesta que recibió.
Por eso, la fiscal pidió que se realice un profundo rastrillaje de la zona para encontrar el celular y buscar más pruebas de lo que puede haber pasado esa noche.
El cuerpo en el baúl
La cámara de seguridad de una despensa de la calle que conduce al camino hacia la Pampa de Oláen fue el primer elemento que encontraron los investigadores para detectar la primera mentira de Galván. El militar había declarado que esa noche del jueves, se acostó a dormir y el auto quedó en el garaje.
Lo que se presume ahora, a partir de la confesión del militar, es que después de asesinar a Ivana cargó su cuerpo en el baúl del auto y emprendió un recorrido que al parecer no tuvo un objetivo muy claro.
En el camino a Pampa de Oláen, un agente de la Patrulla Rural detuvo la marcha del Renault Fluence blanco conducido por Galván y le pidió su documentación. El militar le dijo que iba a tomar algo a “La Posta” un bar de la zona. El agente lo dejó seguir y hoy los investigadores se preguntan qué hubiera pasado si decidía inspeccionar el automóvil. El cuerpo de Ivana estaba en el baúl.
Durante la búsqueda, se escuchó a los jefes del operativo hacer cálculos con un tiempo estimado: 48 minutos. Las cámaras de seguridad permitieron detectar que eso tardó Galván en hacer el recorrido por esos caminos.
En Valle Hermoso, el destino final en el que Galván dejó el cuerpo, hasta el momento del hallazgo no se había buscado nada. Según fuentes judiciales, más de 30 personas estaban analizando al detalle todas las cámaras ubicadas sobre la ruta 38. Y el detalle de que el agente de la Patrulla Rural no vio más al Renault Fluence esa noche, ofreció la prueba de que Gaván utilizó otro camino para tomar la ruta 38 y desde allí el Camino del Cuadrado para dejar el cuerpo.
Este sábado la fiscal Jorgelina Gómez decidió ampliar la imputación al ser considerado responsable de los delitos de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por violencia de género contra Ivana Mariela Modica.
La investigación
La fiscal Jorgelina Gómez, que está a cargo de la investigación del femicidio de Ivana Módica (47) dijo este sábado que las pruebas que se habían recolectado hasta este viernes hubieran permitido llegar al lugar donde apareció el cuerpo de la mujer en las próximas horas.
En un reportaje concedido al programa Cámara del Crimen (que emite el canal TN), Gómez apuntó que más allá de que el testimonio del principal acusado, Javier Carlos Galván, los elementos colectados acercaron pruebas para conocer cuál había sido el destino del cuerpo de la mujer.
Apuntó que al piloto militar se le tomó declaración com imputado del delito de falso testimonio agravado y desobediencia a la autoridad y en ese marco se produjo la confesión del crimen de Ivana.
“Con posterioridad a que la indagatoria ocurrió el día de ayer, el imputado prestó declaración indagatoria y se le amplió la imputación atribuyéndole el delito de homicidio calificado por el vínculo y por violencia de género”, expresó la funcionaria.
Gómez no dio detalles sobre el tiempo que tardará en realizarse la autopsia de la mujer y aclaró que ahora deberá citar a Galván a una nueva indagatoria ya como imputado del delito de homicidio calificado.
“Tenemos gran cantidad de elementos. La aparición de esta persona no fue únicamente por los elementos que él (por Galván) brindó. Hay una serie de material probatorio que está incorporado en la causa y que es importante, Sin perjuicio de la confesión, hubiéramos encontrado el cuerpo en las próximas horas. Hay otra serie de elementos que conducían a tratar de localizar el cuerpo”, indicó Gómez.