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El divorcio de Bill y Melinda Gates: una fortuna de U$S 130.000 millones para dividir

Bill Gates y Melinda Gates, creadores de una gigantesca fundación que declara propósitos de combatir la pobreza y las enfermedades, anunciaron el lunes su divorcio después de 27 años de casados.

La pareja, una de las más adineradas del mundo -su fortuna es estimada en unos 130.000 millones de dólares- anunció que tras el divorcio seguirá trabajando juntos en la Fundación Bill y Melinda Gates, creada hace más de dos décadas con la declarada intención de combatir la pobreza, las enfermedades y la desigualdad en el planeta, informó la agencia de noticias AFP.

Comunicado

“Tras mucho pensar y mucho trabajo en nuestra relación, hemos tomado la decisión de finalizar nuestro matrimonio”, dijeron en un comunicado conjunto, publicado en Twitter, el multimillonario cofundador de Microsoft y su esposa.

“Ya no creemos que podamos crecer juntos como pareja en esta próxima etapa de nuestras vidas”, indicaron los Gates, que tienen tres hijos, sin explicar las razones de su separación.

La pareja, sumamente discreta en cuanto a su vida personal, aunque Melinda ha evocado algunas veces tensiones en su matrimonio, pidió “espacio y privacidad” para su familia mientras comienzan “a navegar esta nueva vida”.

Uno de los más ricos

Bill Gates, de 65 años, es actualmente el cuarto hombre más rico del mundo, según Forbes, detrás de otros dos estadounidenses, Jeff Bezos y Elon Musk, y del francés Bernard Arnault.

Gates conoció a Melinda, hoy de 56 años, cuando era una joven empleada de Microsoft en 1987, año en el que se graduó como licenciada en Informática.

Se casaron en 1994 y a lo largo de los años ambos se distanciaron de la informática -Bill Gates dejó la empresa en 2014-.

Ambos residen en Seattle, en el estado de Washington (oeste estadounidense), donde también está la sede de Microsoft.

Uno de los objetivos de la fundación es contribuir a la erradicación de la poliomelitis y la malaria, agregó AFP.

Bill Gates y Melinda Gates - AP

También apoyan económicamente la educación inicial, especialmente para niñas, y han destinado más de 1.000 millones de dólares a combatir la pandemia de coronavirus-19, contribuyendo al mecanismo Covax, la iniciativa mundial que organiza la compra de vacunas para 92 países pobres del mundo y decenas de otros países.

Los Gates transfirieron 20.000 millones de dólares de acciones de Microsoft a su fundación, que es la mayor organización caritativa privada del mundo.

Desde el año 2000, la fundación, que tiene 1.600 empleados, ha invertido 53.800 millones de dólares, según su sitio web.

El comunicado de Bill Gates en las redes sociales

El multimillonario Warren Buffett también ha donado miles de millones de dólares al organismo, y ha prometido donar la mayoría de la fortuna a la fundación cuando muera.

Los Gates aseguran que el progreso es tangible: el número de menores de cinco años que mueren cada año cayó a la mitad desde 2000.

“Millones de niños más están sobreviviendo. Eso nos torna optimistas”, dice la pareja en el sitio de la fundación.

Otro matrimonio extremadamente adinerado, el del fundador de Amazon Jeff Bezos y MacKenzie Scott, finalizó en julio de 2019.

Bajo el acuerdo de divorcio, MacKenzie recibió casi 20.000 millones de acciones de Amazon.com, es decir una participación de 4% en la compañía valuada en 58.000 millones.

En 2020, Scott donó US$ 6.000 millones a casi 400 organizaciones, incluidos bancos de alimentos, asociaciones de ayuda a inmigrantes y universidades en dificultades, sin exigir ninguna contrapartida.

En tanto, Bezos donó 10.000 millones para la lucha contra el cambio climático, la mayor contribución caritativa de 2020, pero sus participaciones han sido más lentas y proporcionalmente más limitadas que las de su exesposa, aunque se considera que su fortuna es tres veces mayor.

Influyentes

Bill y Melinda Gates, una de las parejas más influyentes del mundo, tanto por su perfil empresarial como filantrópico, han decidido separar sus vidas, lo que abre incógnitas sobre cómo gestionarán su patrimonio y sus actividades.

Sin embargo, no han ofrecido más detalles sobre cómo gestionarán la multimillonaria “Bill y Melinda Gates Foundation”, con unos fondos de unos 50.000 millones de dólares y creada en el año 2000 por la pareja para promover una “vida sana y productiva” a nivel global.

Precisamente, el fundador de Microsoft, que ha estado casado con Melinda 27 años y tienen tres hijos, renunció el pasado año a su cargo en la compañía informática que fundó en 1975 con Paul Allen para dedicarse a las actividades benéficas por completo.

Nacido en 1955 en Seattle (EE.UU.) y formado en Harvard, con su empresa Microsoft Gates desarrolló en 1985 el sistema operativo Windows, un entorno gráfico basado en “ventanas” que fue incorporado a la mayoría de las computadoras del mundo.

También está en el embrión de la exitosa empresa de videojuegos Dream Works Interactive que creó junto con Jeffrey Katzenberg, David Geffen, y el famoso cineasta Steven Spielberg.

Su actividad empresarial le ha servido para convertirse en uno de los hombres más ricos del mundo.

La que ha sido hasta ahora su esposa, Melinda French, nació en Texas en 1964 y su actividad profesional como informática y administradora de empresas ha estado ligada a la compañía de su marido.

Ambos han recibido numerosos y prestigiosos premios por su labor filantrópica, como el Príncipe de Asturias en España, o la Legión de Honor en Francia, especialmente por su trabajo a través de la iniciativa GAVI.

Hay quien piensa que, tras la separación, Melinda Gates pueda querer crear su propia fundación.

Aunque la pareja ha recalcado que esta fundación privada, considerada la más influyente del mundo, permanecerá activa, algunos expertos como David Callahank, editor de la publicación Inside Philantropy, asegura a Los Angeles Times “que en este asunto hay aún muchas preguntas sin resolver”.

“No hay ninguna razón en particular para pensar que algo cambiará con la fundación y su trabajo. Tiene una gran dotación. Cuenta con una plantilla profesional de 1.600 personas. Tiene un conjunto de programas realmente bien desarrollados”, según Callahan, publica EFE.

Pero, agrega, la gran pregunta estriba en si Melinda ha llegado a un buen acuerdo de divorcio y, si es así, “¿qué hará ella en términos de forjar su propio camino como filántropa independiente?”.