Crece el escándalo mundial por espionaje a líderes políticos y periodistas con el programa Pegasus
La empresa tecnológica NSO y el Gobierno de Israel están en el centro de un escándalo mundial por el supuesto espionaje a líderes políticos, a periodistas, a empresarios y a activistas de todo el planeta utilizando el programa espía Pegasus.
Se trata de un sofisticado sistema que explota las vulnerabilidades de los teléfonos móviles inteligentes y exporta los datos del usuario –correos electrónicos, mensajes, fotografías, conversaciones– hacia páginas de internet creadas por la compañía de referencia y que se renuevan de manera constante para evitar ser detectadas.
El estrépito global se desató tras la publicación de una investigación periodística en 17 medios de comunicación de todo el mundo, en forma simultánea, que revela la existencia de 50 mil números seleccionados por clientes de NSO desde 2016.
El listado incluye los números de 180 periodistas, de 600 políticos, de 85 defensores de derechos humanos y de 65 empresarios, según Le Monde, The Guardian, The Washington Post y los medios mejicanos Proceso y Aristegui Noticias, entre otros.
“Campaña despiadada”
La compañía señalada por la maniobra –fundada en 2010 por Niv Carmi, Omri Lavie y Shalev Hulio– negó los hechos que se le imputan y avisó que no se prestará al juego de esta “campaña despiadada y calumniosa”, cuya autoría atribuye al consorcio de medios Forbidden Stories, organización sin fines de lucro que ofrece a periodistas de todo el mundo la posibilidad de compartir trabajos de investigación con otros colegas cuando por diversos motivos no pueden publicarlos por sus propios medios o continuar con su desarrollo ante amenazas, censura u otros inconvenientes.
NSO alega que sólo vende sus servicios a gobiernos o a agencias de seguridad para combatir el terrorismo o el crimen organizado; ya fue acusada en el pasado de proporcionar su software espía a países para perseguir a activistas o a disidentes políticos.
Uno de los casos más resonantes en los que se la involucró es en el del activista de derechos humanos emiratí Ahmed Mansoor, condenado en 2018 por Emiratos Árabes Unidos a 10 años de prisión y al pago de una multa de un millón de dírhams emiratías (unos 270 mil dólares) por comentarios críticos que publicó en las redes sociales.
“NSO investigará a fondo cualquier prueba creíble de uso indebido de sus tecnologías, como siempre ha hecho”, prometió la organización a través de un comunicado y advirtió que retirará el sistema para los clientes que violen sus condiciones.
La saga crece
Ayer el escándalo sumó un nuevo capítulo cuando el presidente de Francia, Emmanuel Macron –cuyo número de teléfono figura en la lista de posibles vigilados mediante Pegasus–, ordenó la apertura de una investigación sobre el supuesto espionaje del que fue víctima junto con miembros de su gobierno, periodistas y otros políticos a través del software de fabricación israelí.
En paralelo, la Fiscalía gala sumó ayer otra línea de averiguación después de que varios medios de comunicación revelaron que periodistas de Mediapart, como Lénaïg Bredoux y Edwy Plenel, se encuentran entre los más de 180 periodistas espiados en todo el mundo a través de la aplicación polémica.
Pero Francia no es el único país que ya está motorizando investigaciones. De la lista de 50 mil números de teléfonos celulares obtenidos por trabajo periodístico, unos 15 mil pertenecerían a mejicanos, entre ellos el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, su familia y unas 50 personas de su entorno, incluido su cardiólogo.
La investigación determinó que fueron parte de los espiados y que sus teléfonos fueron intervenidos entre 2016 y 2017 con Pegasus.
Ayer, la Unidad de Inteligencia Financiera de México informó que el anterior gobierno de Enrique Peña Nieto compró el software israelí por un valor total de 32 millones de dólares.
En casa de herrero
El millonario ruso Pavel Durov, fundador de Telegram, la aplicación de mensajería a prueba de intrusiones, también fue señalado para su posible infección por el programa Pegasus, según informó el diario Le Monde.
Un número de teléfono móvil de Durov fue incluido en la lista de objetivos del programa por cuenta de los servicios de seguridad de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), cuando se instaló en Dubái, en 2019.
Se trata de un número británico vinculado a una cuenta personal de Telegram a nombre de Durov, según la investigación difundida por 17 medios internacionales sobre cómo una decena de países (entre ellos México, Marruecos, Arabia Sauita, India, Hungría y Kazajistán) usaron Pegasus para espiar a periodistas, a activistas de derechos humanos o a opositores.
Por su parte, Reporteros sin Fronteras (RSF) pidió al Gobierno israelí que frenara la exportación del programa espía Pegasus, de la compañía de ciberseguridad NSO.
La organización no gubernamental de origen francés con sede permanente en París tiene por propósito defender la libertad de prensa en el mundo y, en concreto, a los periodistas perseguidos por su actividad profesional.