Aruba, el destino de los “bombones” de alfalfa de una pyme de Hernando
En un mercado mundial afectado por la pandemia, Alfasud SAS exportó días atrás fardos recompactados de alfalfa a la caribeña Aruba, al norte de Venezuela.
La empresa, con sede en la cordobesa Hernando, está integrada por cuatro productores rurales de esa ciudad, uno de su vecina Dalmacio Vélez, y el restante de la ciudad de Córdoba. La Pyme, formada hace casi dos años, es la tercera vez que exporta a ese destino.
En septiembre del año pasado se concretó la primera exportación, en diciembre la segunda y la tercera hace un par de semanas: todo en pandemia.
Cada vez que exportaron lo hicieron con un contenedor de fardos recompactados de alfalfa, valiéndose de una prensa diseñada para esta tarea. Esto es, unas 20 toneladas de alfalfa, de una producción anual de unas 2.500 toneladas.
El objetivo es captar más mercados internacionales y a su vez trabajan en nuevos proyectos, a los que califican de “innovadores”.
Plan de desarrollo
Uno de los socios, Jorge Mansilla, explicó a La Voz que pudieron exportar por “el apoyo institucional recibido, la voluntad y la capacidad innovadora propia (de cada productor)”.
Recibieron apoyo del municipio de Hernando y de la Provincia (forman parte del programa de grupos exportadores de la Agencia ProCórdoba).
Desde la pyme explicaron que los socios disponen de 150 hectáreas sembradas con alfalfa. “Con seis cortes al año y un rinde promedio de 16/18 toneladas por hectárea, que significa una producción potencial de aproximadamente 2.500 toneladas, equivalente a unos 118 mil fardos por año. Siempre en términos máximos potenciales ya que también se producen otros formatos como rollos de alfalfa (que pesan 500 kilos)”, detalló Mansilla.
De esa producción sólo exportan el 10 por ciento. “De los potenciales 10 contenedores mensuales de capacidad máxima, estamos en condiciones reales de exportar dos por mes”, profundizó. Hasta ahora han exportado un contenedor en cada una de las tres operaciones realizadas.
La empresa, en realidad, asoma con sus primeros pasos dentro del comercio exterior. Cada exportación vale unos 10 mil dólares y a ese monto hay que restarle la compra de la materia prima y los gastos que forman parte de la operación (contratación del contenedor, transporte al puerto, pago del despacho, flete internacional y seguros).
Respecto al mercado interno, la producción va dirigida a campos cordobeses, que tienen caballos, producción lechera o animales que requieran alimento altos en proteínas. Alfasud no tiene empleados directos (solo los que tiene cada socio en su campo particular), pero manejan mano de obra indirecta.
Innovación
El sello distintivo de estos emprendedores es haber logrado generar una variante distinta para comercializar la alfalfa: un “minifardo” que pesa lo mismo que un fardo común, entre 22 y 23 kilos, pero que tiene la mitad del volumen.
La ventada de esta recompactación es que permite ser más eficiente en el transporte, achicando su incidencia en el costo, al mejorar la utilización del contenedor. Es decir: al tener el mismo peso, pero menos volumen, se puede cargar más.
Así, “llevar un minifardo a Buenos Aires cuesta por unidad 76 pesos, contra más de 110 pesos por unidad que cuesta transportar un fardo tradicional”, explicó Mansilla.
Este valor agregado implica que el producto tenga un costo de casi cuatro dólares, un dólar más que lo que se paga en el mercado interno por un fardo tradicional. A la hora de exportarlo, el costo se eleva a cerca de 10 dólares.
A futuro, el grupo sigue enfocado en la innovación de productos con nuevos formatos. “Avanzamos de a poco conforme a las posibilidades financieras existentes, somos una empresa muy chica y pensamos en generar nuevos negocios”, concluyen.