Crece el aprendizaje de idiomas en mayores de 50: cuáles prefieren y dónde estudian

El estudio de idiomas entre las personas mayores de 50 años está experimentando un auge en Córdoba, en sintonía con un fenómeno mundial que refleja cambios profundos en las dinámicas sociales, económicas y tecnológicas.

Son varias las propuestas con diferentes dinámicas, modalidades y costos.

Una opción son los cursos de idiomas que se dictan en el marco del Programa Upami, fruto de un convenio entre la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el Pami.

Desde 2008, se desarrollan a través del Programa Personas Mayores de la Secretaría de Extensión de la UNC. Estos cursos se articulan íntegramente con la Facultad de Lenguas de la universidad. Actualmente, se ofrecen 20 cursos de idioma por trimestre, que incluyen inglés, italiano, portugués y francés, en tres niveles y con opción de conversación.

“Los cursos más demandados son los de inglés e italiano, que cuentan con dos y tres comisiones, respectivamente. Tan sólo 24 horas después de abrirse las inscripciones, los cupos suelen agotarse”, indicaron. Además, debido al creciente interés de las personas mayores, en el último año se incorporaron tres cursos adicionales de francés, para atender la demanda.

“Los cursos de idiomas representan el 30% del total de la oferta del programa y han crecido de manera sostenida desde su inicio. En el trimestre actual, alrededor de 500 personas mayores están cursando alguno de estos idiomas”, dijo su coordinadora, Nilda Perovic.

Las clases, que tienen una duración de dos horas por semana, durante tres meses y se dictan de manera virtual. Sin embargo, este año se retomó la modalidad presencial, con un curso de inglés, y se espera que esta opción se amplíe para el próximo año, dado que es muy solicitada por los estudiantes.

“Las motivaciones para aprender un idioma en personas mayores son variadas, pero centradas en el ’aprender para…’. Las personas mayores buscan adquirir nuevos conocimientos y habilidades que les permitan alcanzar metas personales. Entre los principales motivos, se destacan la posibilidad de facilitar viajes y nuevas experiencias, evitar el deterioro cognitivo, ejercitar la memoria y afrontar un desafío personal. Además, estudiar un idioma les permite conectarse con generaciones más jóvenes y mantener la mente activa”, sumó Perovic.

Por su parte, el Programa Comenzar, iniciativa para adultos de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), tiene varios cursos de idiomas cuya asistencia crece año a año. “Los primeros niveles de inglés e italiano se disputan el primer lugar”, explicó la coordinadora del programa, Estela Villa. En ese lugar, el dictado de idiomas es de 32 clases anuales de dos horas cada una, divididas en dos cuatrimestres.

Desde este programa, contaron que las motivaciones de cursado difieren según los alumnos, pero mayormente en el caso de inglés es una asignatura pendiente o en algunos casos lo requieren para viajar. En cuanto al italiano, la ascendencia familiar de ese país europeo parece ser el motivo que prima.

“Desde lo pedagógico, nuestra intención es que el curso sea de 18 personas, pero por la demanda, en algunas comisiones tenemos hasta 25″, indicó Villa. También tienen buena convocatoria en el nivel más alto de portugués y una demanda sostenida en francés. El total de cursantes de idiomas en el Programa Comenzar, todos presenciales, es de 260. En el Centro de Promoción para Adultos Mayores (Cepram) ofrecen clases de inglés, italiano, francés y portugués. “El área de idiomas creció muchísimo en los últimos años, hasta convertirse en una de las más solicitadas luego de los cursos de psicología, emblemáticos históricamente en el Cepram”, contó a La Voz la coordinadora académica, María Inés Sesma.

En el centro de promoción tienen 10 cursos diferentes de inglés, que incluyen nivel inicial, intermedio, para viajeros, de lectura de autores ingleses y tres opciones para quienes dominan la lengua. Son alrededor de 180 estudiantes entre todas las variantes. Además, tienen cinco cursos de italiano, uno de francés y uno de portugués. Pero por la demanda, sumarán francés inicial y a través de personajes emblemáticos de la historia de Francia. En breve, impartirán “Olha, que coisa mais linda…”, para aprender a través de canciones y autores brasileños.

Finalmente, también existen propuestas de cursos de idiomas en los Centros de Participación Comunal (CPC). Actualmente hay 310 alumnos, el 59% son mujeres y el 42% son adultos mayores de 50 años. Las clases se dictan en Monseñor P. Cabrera (inglés, portugués, italiano, alemán), Colón (inglés), Jardín (inglés, italiano y portugués), Empalme (inglés y portugués) y Argüello (inglés italiano y francés).

Estudiar en el extranjero

Villa, del programa Comenzar de la UCC, agregó que algunos estudiantes del programa realizan experiencias en Italia en instituciones que reciben adultos. Tienen una duración de un mes y el objetivo es expandir el idioma y promover la riqueza cultural y paisajística del país.

En ese sentido, también sumó adeptos cordobeses la propuesta de Education First (EF) destinada a personas adultas para aprender idiomas en el extranjero.

Roberto Zoppini (63) viajó este año a Dublín (Irlanda) a estudiar inglés. “Siempre quise aprender un poquito más el idioma, una materia difícil de mi secundaria, pero de la cual tenía inquietud. Después de mucho tiempo de querer hacer una experiencia de este tipo, vi un anuncio en Instagram y decidí preguntar. Fue mágico todo, desde el día que llegué al lugar en el que viví junto a un compañero de habitación y estudio de origen francés, con quien nos hicimos amigos y compartimos muchos momentos. Además, el sistema de estudio me pareció excelente, así como los profesores”, contó.

Marcela Carranza (50) también estudió inglés, pero en Londres, durante dos semanas. “Fue una experiencia muy linda volver a una escuela para estudiar el idioma en un ambiente cosmopolita, con personas de todas las edades, un muy buen nivel de profesores, una excelente organización y en una ciudad como Londres. Lo recomiendo con entusiasmo”.

Villa aportó que en las aulas del Programa Comenzar también reciben visitas de ciudadanos de nacionalidad inglesa, estadounidense, italiana o brasilera, lo que permite que los alumnos tengan contacto, en situación de aprendizaje, con hablantes nativos.

“En nuestro cuerpo de profesores tenemos una docente italiana nativa, que en su país de origen se especializó en educación de adultos. Allí daba clases a personas de distintas nacionalidades, lo cual también contribuye en su labor aquí”, expresó.

Activación cognitiva

El médico gerontólogo Diego Bernardini sostuvo que el estudio de idiomas en la segunda mitad de la vida de las personas es fundamental. “La evidencia nos muestra que compensa y mejora el desempeño cognitivo, en lo que se llama la neuroplasticidad. Además, diversos estudios determinan que ralentiza el proceso de deterioro intelectual que se presenta en una persona que no tiene ese estímulo”.

“El hecho de emprolijarse, salir de su casa, trasladarse, más allá de la clase en sí, implica actividad física, cambio de humor, tener una agenda y sociabilización. Son los llamados efectos colaterales positivos”, agregó.

Para el especialista, es necesario que se sumen más hombres a estas actividades, a las que mayormente asisten mujeres, para extender la calidad de vida.

El estudio de idiomas entre las personas mayores de 50 años está experimentando un auge en Córdoba, en sintonía con un fenómeno mundial que refleja cambios profundos en las dinámicas sociales, económicas y tecnológicas.
Son varias las propuestas con diferentes dinámicas, modalidades y costos.
Una opción son los cursos de idiomas que se dictan en el marco del Programa Upami, fruto de un convenio entre la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el Pami.
Desde 2008, se desarrollan a través del Programa Personas Mayores de la Secretaría de Extensión de la UNC. Estos cursos se articulan íntegramente con la Facultad de Lenguas de la universidad. Actualmente, se ofrecen 20 cursos de idioma por trimestre, que incluyen inglés, italiano, portugués y francés, en tres niveles y con opción de conversación.
“Los cursos más demandados son los de inglés e italiano, que cuentan con dos y tres comisiones, respectivamente. Tan sólo 24 horas después de abrirse las inscripciones, los cupos suelen agotarse”, indicaron. Además, debido al creciente interés de las personas mayores, en el último año se incorporaron tres cursos adicionales de francés, para atender la demanda.
“Los cursos de idiomas representan el 30% del total de la oferta del programa y han crecido de manera sostenida desde su inicio. En el trimestre actual, alrededor de 500 personas mayores están cursando alguno de estos idiomas”, dijo su coordinadora, Nilda Perovic.
Las clases, que tienen una duración de dos horas por semana, durante tres meses y se dictan de manera virtual. Sin embargo, este año se retomó la modalidad presencial, con un curso de inglés, y se espera que esta opción se amplíe para el próximo año, dado que es muy solicitada por los estudiantes.
“Las motivaciones para aprender un idioma en personas mayores son variadas, pero centradas en el ’aprender para…’. Las personas mayores buscan adquirir nuevos conocimientos y habilidades que les permitan alcanzar metas personales. Entre los principales motivos, se destacan la posibilidad de facilitar viajes y nuevas experiencias, evitar el deterioro cognitivo, ejercitar la memoria y afrontar un desafío personal. Además, estudiar un idioma les permite conectarse con generaciones más jóvenes y mantener la mente activa”, sumó Perovic.
Por su parte, el Programa Comenzar, iniciativa para adultos de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), tiene varios cursos de idiomas cuya asistencia crece año a año. “Los primeros niveles de inglés e italiano se disputan el primer lugar”, explicó la coordinadora del programa, Estela Villa. En ese lugar, el dictado de idiomas es de 32 clases anuales de dos horas cada una, divididas en dos cuatrimestres.
Desde este programa, contaron que las motivaciones de cursado difieren según los alumnos, pero mayormente en el caso de inglés es una asignatura pendiente o en algunos casos lo requieren para viajar. En cuanto al italiano, la ascendencia familiar de ese país europeo parece ser el motivo que prima.
“Desde lo pedagógico, nuestra intención es que el curso sea de 18 personas, pero por la demanda, en algunas comisiones tenemos hasta 25″, indicó Villa. También tienen buena convocatoria en el nivel más alto de portugués y una demanda sostenida en francés. El total de cursantes de idiomas en el Programa Comenzar, todos presenciales, es de 260. En el Centro de Promoción para Adultos Mayores (Cepram) ofrecen clases de inglés, italiano, francés y portugués. “El área de idiomas creció muchísimo en los últimos años, hasta convertirse en una de las más solicitadas luego de los cursos de psicología, emblemáticos históricamente en el Cepram”, contó a La Voz la coordinadora académica, María Inés Sesma.
En el centro de promoción tienen 10 cursos diferentes de inglés, que incluyen nivel inicial, intermedio, para viajeros, de lectura de autores ingleses y tres opciones para quienes dominan la lengua. Son alrededor de 180 estudiantes entre todas las variantes. Además, tienen cinco cursos de italiano, uno de francés y uno de portugués. Pero por la demanda, sumarán francés inicial y a través de personajes emblemáticos de la historia de Francia. En breve, impartirán “Olha, que coisa mais linda…”, para aprender a través de canciones y autores brasileños.
Finalmente, también existen propuestas de cursos de idiomas en los Centros de Participación Comunal (CPC). Actualmente hay 310 alumnos, el 59% son mujeres y el 42% son adultos mayores de 50 años. Las clases se dictan en Monseñor P. Cabrera (inglés, portugués, italiano, alemán), Colón (inglés), Jardín (inglés, italiano y portugués), Empalme (inglés y portugués) y Argüello (inglés italiano y francés).
Estudiar en el extranjero
Villa, del programa Comenzar de la UCC, agregó que algunos estudiantes del programa realizan experiencias en Italia en instituciones que reciben adultos. Tienen una duración de un mes y el objetivo es expandir el idioma y promover la riqueza cultural y paisajística del país.
En ese sentido, también sumó adeptos cordobeses la propuesta de Education First (EF) destinada a personas adultas para aprender idiomas en el extranjero.
Roberto Zoppini (63) viajó este año a Dublín (Irlanda) a estudiar inglés. “Siempre quise aprender un poquito más el idioma, una materia difícil de mi secundaria, pero de la cual tenía inquietud. Después de mucho tiempo de querer hacer una experiencia de este tipo, vi un anuncio en Instagram y decidí preguntar. Fue mágico todo, desde el día que llegué al lugar en el que viví junto a un compañero de habitación y estudio de origen francés, con quien nos hicimos amigos y compartimos muchos momentos. Además, el sistema de estudio me pareció excelente, así como los profesores”, contó.
Marcela Carranza (50) también estudió inglés, pero en Londres, durante dos semanas. “Fue una experiencia muy linda volver a una escuela para estudiar el idioma en un ambiente cosmopolita, con personas de todas las edades, un muy buen nivel de profesores, una excelente organización y en una ciudad como Londres. Lo recomiendo con entusiasmo”.
Villa aportó que en las aulas del Programa Comenzar también reciben visitas de ciudadanos de nacionalidad inglesa, estadounidense, italiana o brasilera, lo que permite que los alumnos tengan contacto, en situación de aprendizaje, con hablantes nativos.
“En nuestro cuerpo de profesores tenemos una docente italiana nativa, que en su país de origen se especializó en educación de adultos. Allí daba clases a personas de distintas nacionalidades, lo cual también contribuye en su labor aquí”, expresó.
Activación cognitiva
El médico gerontólogo Diego Bernardini sostuvo que el estudio de idiomas en la segunda mitad de la vida de las personas es fundamental. “La evidencia nos muestra que compensa y mejora el desempeño cognitivo, en lo que se llama la neuroplasticidad. Además, diversos estudios determinan que ralentiza el proceso de deterioro intelectual que se presenta en una persona que no tiene ese estímulo”.
“El hecho de emprolijarse, salir de su casa, trasladarse, más allá de la clase en sí, implica actividad física, cambio de humor, tener una agenda y sociabilización. Son los llamados efectos colaterales positivos”, agregó.
Para el especialista, es necesario que se sumen más hombres a estas actividades, a las que mayormente asisten mujeres, para extender la calidad de vida.La Voz

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