La faena y el consumo de cerdo, camino a un nuevo récord

“Producción porcina: presente y futuro”, fue el título de una conferencia que dictó el investigador del Inta, Jorge Brunori, en un congreso realizado en Marcos Juárez.

En base a cifras oficiales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, Brunori mostró que en 2020 la faena se ralentizó: venía creciendo en los últimos años a un ritmo del 10 por ciento anual, y acortó esa suba al cuatro por ciento.

El 2021, en tanto, arrastra un desempeño mejor: entre enero y julio se faenaron unas 4,3 millones de cabezas, lo que significa un incremento del ocho por ciento.

Brunori repasó el fuerte salto que dio el cerdo en los últimos años: hasta 2003, la producción rondaba las 200 mil toneladas anuales. El año pasado, fueron más del triple: un récord de 655 mil.

“El sector porcino se triplicó sin ayuda política. Creció por calidad, por cantidad de bocas de expendio, por difusión y por precio”, sintetizó.

Demanda interna y externa

En relación al consumo interno, recordó que es el principal motor de desarrollo de la actividad: se lleva el 94 por ciento de la producción.

A fines del siglo anterior, el consumo rondaba entre seis y nueve kilos por habitante por año y en su mayoría era de productos elaborados, como fiambres. En 2020, se llegó a un récord de 15,6 kilos, y con una predominancia de la carne fresca. En lo que va de este año, el promedio se mantiene y es probable que suba con la mayor demanda estacional del segundo semestre.

A la par, las exportaciones que antes “no existían” en Argentina, con un volumen que como máximo había llegado a las nueve mil toneladas, se dispararon a partir de 2015. Así, se llegó a 40.000 toneladas en el ejercicio pasado.

Para Brunori, ahí está la gran oportunidad de seguir creciendo: Argentina, pese a que produce 130 millones de toneladas de granos, la mayoría lo exporta y en el caso del cerdo –la carne más vendida en el mundo– apenas representa 0,4 por ciento del mercado global.

“Chile es el sexto exportador con más de 200 mil toneladas y la mitad de los granos que usa para engordar a los cerdos nos la compra a nosotros”, ejemplificó.

En lo que va del año, la exportación se ralentizó, pero se estima que China, principal importador mundial, la reactivará hacia fin de año, tanto en volumen como en valor.

Plan Estratégico

Para Brunori, en este contexto, es posible alcanzar los objetivos del Plan Estratégico 2030 que proponen alcanzar un consumo interno per cápita de 26 kilos y exportaciones por 800 mil toneladas, con una producción que crezca hasta 2,1 millones de toneladas, con el doble de madres en relación al stock actual.

“Es una de las pocas cadenas que puede plantear esa proyección de crecimiento, que es absolutamente cumplible. ¿Cómo hacerlo? Con tres pilares: porcinocultura de precisión, eficiencia integral y escala de producción. Este es un negocio de eficiencia, escala y mucha gestión”, remarcó.

Un aspecto a mejorar, señaló, es la distribución geográfica de los frigoríficos porcinos: casi el 90 por ciento de las cabezas se faenan en el centro del país. En Córdoba, por ejemplo, hay unos 800.000 capones por año que se van a Buenos Aires y vuelven en forma de carne para ser consumida.