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Atenas y la bandera de una ilusión color verde

El debut de Atenas en la Liga Argentina Femenina de vóley motiva celebración y aplausos. Un proyecto que se forjó para devolverle al club un lugar en la máxima categoría y que, a pesar del difícil año de pandemia, pudo concretarse.

El vóley es un deporte muy practicado en Córdoba y desde nuestras tierras salen todos los años jugadoras que alimentan a la selección. Las últimas dos capitanas de la Albiceleste son cordobesas y pasarán la posta a las que vienen.

Si bien no es el primer proyecto para competir en la elite, ya lo hicieron Unión Eléctrica y Universitario, el nombre “Atenas” acarrea un peso específico que abre puertas que antes se cerraban.

Porque si bien es otro deporte y practicado por mujeres, Atenas es el Atenas de Campana y Milanesio. Es sinónimo de éxitos, de triunfos y legados. Es el equipo de tu papá, de tu abuelo, de tu hermana o tus vecinos. Es un gigante que vuelve a decir presente donde siempre debió estar.

Córdoba se merece un equipo en la máxima categoría del vóley femenino. Pero merece que ese proyecto tenga apoyo, banca, difusión y seriedad. El país unitario que tenemos en materia deportiva siempre trunca los intentos de clubes del interior por incursionar en terrenos donde manda Buenos Aires.

Que en Atenas se hayan animado a llevar adelante algo semejante, durante uno de los peores años que recuerde la historia moderna de la humanidad, es un acto de valentía. 

Hoy para prevalecer, para dejar una marca, hay que ser valientes. Más allá de los resultados deportivos, que eso se verá en el futuro, en Atenas salieron de la zona de confort y, acompañados por un nombre ilustre, materializaron una ilusión que hacía tiempo se venía trabajando.

Con la estructura de un club ordenado por detrás, el proyecto servirá para alentar la práctica deportiva en muchas más niñas y niños. Ahora, quienes jueguen tendrán a sus referentes al alcance de su mano. Las jugadoras de hoy son las ídolas del futuro.

En un momento de la historia donde la mujer sale todos los días a la calle a luchar por sus derechos, el equipo femenino de Atenas es hoy un triunfo de esa lucha. Es apostar, es creer y es hacer.

A veces se subestima el esfuerzo que conlleva poner en funcionamiento un equipo de alto rendimiento. El dinero, el tiempo y el trabajo se acumulan en cantidades muy grandes. Por eso Córdoba está ante una oportunidad de hacer una diferencia, no sólo en lo deportivo, sino en lo social.

 

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