Córdoba recién comienza a vacunar en barrios vulnerables, Santa Fe y Caba están más adelantadas

La población que habita los barrios informales, las villas y los asentamientos empezó a quedar excluida de la estrategia de vacunación.

En Córdoba, hay 787 mil personas que aún no se anotaron para recibir una dosis: el 28 por ciento de los mayores de 18 años. Se sabe que son, en su mayoría, menores de 40 años. Y se presume que la exclusión de acceso a la vacuna es reflejo de otras exclusiones: económicas, sociales, de acceso a la información y a la conectividad.

Esto no se da sólo a nivel local: sucede en todo el país. Ante esta realidad, las autoridades sanitarias de los diferentes distritos adoptaron diversas estrategias.

En el caso de la provincia de Córdoba, la realidad se hizo patente tras una nota que publicó días atrás este medio. A partir de allí, el Ministerio de Salud de la provincia anunció el inicio de una campaña en los barrios de la Capital.

Las acciones comenzaron el miércoles en barrio Parque Las Rosas y continuaron el jueves en barrio General Savio, el viernes en el centro vecinal de Villa El Libertador y el sábado, en el centro vecinal de barrio Müller.

La estrategia, que seguirá su curso en los próximos días, es coordinada por el Programa de Inmunizaciones del Área de Epidemiología de la Provincia. “El objetivo es brindar mayor accesibilidad a la población mayor de 60 años, mujeres embarazadas y personas con discapacidad mayores de 18 años”, habían puntualizado días atrás desde la cartera sanitaria.

Vacunatorios barriales, en barrio general Savio. El cabo primero del Ejército Argentino Pablo Ríos es el encargado de aplicar las vacunas contra el Covid 19. Foto Ramiro Pereyra

En cuanto al modo que se adoptó para abordar la problemática, Salud decidió vacunar en los centros de Atención Primaria de la Salud (Caps), o en los centros vecinales de cada barrio. Y para poder ser vacunadas, las mujeres embarazadas deben presentar su DNI y el certificado de embarazo o carné perinatal; las personas con discapacidad tienen que hacer lo propio con su certificado único de discapacidad (CUD) o un certificado médico que indique su condición, mientras que las personas mayores de 60 años solamente deben asistir con su DNI.

“Estamos convencidos de llevar esta propuesta a los barrios más vulnerables, que no tienen acceso a la tecnología, o que tienen dificultades para trasladarse. Hemos tenido una aceptación muy buena en los primeros días. Y nos basamos en información que manejan los responsables de los Caps, que saben quiénes quedaron sin vacunar”, manifestó la jefa de Epidemiología del Ministerio de Salud de Córdoba, Laura López.

En tanto, López señaló que los primeros puntos seleccionados para comenzar la campaña fueron las zonas donde se detectó “mayor cantidad de gente sin vacunar”. “Es una tarea que vamos a sostener. Estamos convencidos de que la atención primaria es fundamental y son los médicos del Caps quienes pueden trabajar con su población. Hoy pudimos observar que no sólo el acceso a la tecnología es un problema, sino que muchos no están convencidos de la vacunación”, expresó la especialista.

Córdoba el 9 de julio de 2021. Campaña de vacunación contra el Covid- 19 en el centro vecinal de Villa El Libertador. Foto: Pedro Castillo

Experiencia santafesina

Pero antes de que Córdoba tomara estas iniciativas, en distintos puntos del país surgieron campañas similares que avanzaron en la vacunación. Uno de los casos paradigmáticos es la ciudad de Rosario, que contabilizó 85 mil habitantes de estos sectores, en condición de ser vacunados, pero sin acceso a la campaña.

El director de Centros de Salud de esta ciudad santafesina, Fernando Vignone, sostuvo que la experiencia arrojó resultados muy positivos y dio detalles a La Voz.

“El trabajo se pudo realizar gracias a los registros con los que contaban los centros de salud. Así pudimos saber cuáles eran las personas que cumplían las características para ser vacunadas durante los distintos períodos de la campaña. Hicimos cruces con los datos de los habitantes que habían quedado por afuera y empezamos a vacunar”, detalló Vignone.

La atención en los barrios comenzó hace más de un mes abordando a personas entre 18 y 60 años con patologías de riesgo, informó el funcionario santafesino. Durante esta etapa inicial, se incluyó a mayores de 60 que no estuvieran vacunados. Y también se captó a embarazadas sin factores de riesgo.

“Ahora ya se está vacunando a los mayores de 40 años. Los vecinos respondieron muy bien. La realidad era que un gran número de personas no accedían al registro por no contar con acceso a la tecnología y otros a los que les costaba ir hasta los centros de vacunación; por ejemplo, no tenían dinero para costear un medio de transporte”, describió el funcionario.

Según sostuvo Vignone, uno de los pilares de las acciones fue el trabajo con las organizaciones sociales de la ciudad. Además, dijo, se aprovecharon las redes territoriales de coordinación entre las organizaciones barriales y el municipio, que ya existían antes de la pandemia.

“Trabajamos en conjunto para detectar a aquellas personas que no estaban vacunadas. Entonces, cada comedor buscó en la lista de los asistentes si había quienes estuvieran sin vacunar”, relató.

A mediados de junio, esa búsqueda sectorizada pasó a ser global. Con mayor disponibilidad de vacunas, los centros de salud salieron casa por casa. “Había una gran parte de la población en los barrios que había quedado afuera. Unas 23 mil personas formaron parte del primer grupo que tenía factores de riesgo y no había podido acceder a la vacuna, en barrios populares. De ese total, 7.800 habían podido anotarse. Y sólo unas cuatro mil se habían podido dar la vacuna”, sistematizó.

Según datos propios de su dirección, Vignone explicó que la población que habita los barrios urbanos marginados en la ciudad de Rosario conforma el 30 por ciento de cada grupo etario que fue vacunado.

Los profesionales recorren las calles de Cabín 9 invitando a los vecinos para anotarse y poder recibir la vacuna. (Gentileza Rosario 3)

En Caba, puestos fijos y puerta a puerta

Según informó a este medio el Ministerio de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), los barrios populares de la ciudad están habitados por más de 240 mil personas.

Ante semejante universo, el Gobierno de la ciudad implementó una estrategia interministerial. “Un eslabón central es la fuerte presencia en los barrios de operadores sociales del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño”, evaluaron.

En tanto, el Ministerio de Salud de Caba dispuso 35 puestos de vacunación. Cinco de ellos fueron ubicados especialmente para atender a los vecinos de los barrios populares. “Para maximizar su alcance, se seleccionaron los barrios que concentran el 70 por ciento de la población de ese universo: barrio 21.24; barrio Ricciardelli; barrio Mugica (ex-31); barrio 15, y barrio 20”, abundaron.

Tras la ubicación de estas postas, 22.865 personas mayores de 35 años asistieron a aplicarse al menos una dosis, según detalló Salud. Además, señalaron, en los últimos días se implementó la vacunación espontánea, es decir, sin necesidad de un turno, para todas las personas de 40 años o más que residan en barrios populares y asistan a alguna de las cinco postas de proximidad.

Además, Caba cuenta con promotores de salud que realizan un relevamiento “puerta a puerta” con el objetivo de detectar a todas las personas que se encuentren contempladas dentro del plan nacional de vacunación.

“Uno de los diferenciales de nuestra estrategia es que la diseñamos y ejecutamos junto con la comunidad organizada de cada barrio, con los vecinos y vecinas, las mujeres de los comedores y los espacios de cuidado, con los curas y los referentes barriales: dándole voz y protagonismo y generando consensos amplios”, expresó a este medio la ministra de Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño, María Migliore.

Falta un millón en Buenos Aires

“El desafío es la complejidad de la provincia de Buenos Aires. Nosotros tenemos 17 millones de habitantes, de los cuales 12 millones viven en el conurbano bonaerense”.

Esa es la premisa a partir de la cual el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires afrontó la necesidad de vacunar a las personas de los barrios más golpeados por la pobreza.

Fuentes oficiales de esa cartera explicaron que la gente “está desesperada por vacunarse”. Sin embargo, remarcaron que no siempre fue una tarea simple y trajeron a la memoria las dificultades que trajo el primer cierre de un barrio vulnerable del Gran Buenos Aires: Villa Azul.

“Fue un trabajo de hormiga, día por día, que se realizó con los intendentes en cada barrio para evitar la explosión de los casos. El peligro era que se convirtieran en ‘bombas epidemiológicas’ y lo evitamos”, describieron, para dar una imagen sobre el tamaño de la población que allí habita las villas y los barrios informales.

En esta misma línea, desde la cartera de Salud explicaron que en los 1.800 barrios populares se realizaron operativos para hisopar y controlar el virus. “Esa misma táctica la utilizamos ahora para buscar a las personas que faltan vacunar. El martes pasado, el gobernador Axel Kiciloff anunció que se van a sumar 114 postas de vacunación en barrios populares”, informaron.

Además reconocieron que estos estratos poblacionales no accedían a la app Buenos Aires Vacunate. “En estos barrios no todos cuentan con la capacidad de acceso a la tecnología. Por eso vamos a reforzar con esta estrategia”, sostuvieron.

Según datos del Ministerio de Salud de esta provincia, de los dos millones de personas que faltan de anotarse para la vacunación en el Gran Buenos Aires, más del 50 por ciento está compuesto por vecinos de villas y asentamientos.

Trabajadores de la salud entrevistan a un residente fuera de su casa en el barrio Villa Azul, aislado por la cuarentena. (AP)