El mercado de la carne ya muestra signos de destrucción

Es posible que ni las mismas autoridades se hayan imaginado que iban a causar tanto daño cuando tomaron la decisión de restringir el comercio exterior de carne vacuna.

Los frigoríficos exportadores han comenzado a suspender faenas o a reducir las jornadas de trabajo, porque ya acumulan importantes stocks de carne en las mismas plantas o en containers en los puertos, cuyo embarque no es aprobado.

Con las cámaras llenas y una gran incertidumbre sobre qué cargamentos serán autorizados o sobre qué cortes deberán ser retirados de los containers en planta o en el puerto, muchas empresas han comenzado a parar o disminuir al mínimo la compra de vacas conserva y manufactura.

También sufre especialmente el novillo “no Hilton” o “sin papeles”, que forman parte junto con la vaca “china” de las categorías que pagarían el costo más alto por el cierre de las exportaciones. Se defienden mejor –por ahora– el novillo Hilton, muy escaso a partir de la deshabilitación de miles de campos por parte de Senasa, la vaca gorda, que tiene varios destinos en consumo y exportación, y el ternero de invernada, que comienza a escasear por razones estacionales.

La etapa de destrucción del mercado de hacienda en pie viene desarrollándose con suceso, ahora falta que el sobrante o sobreoferta de vaca conserva y novillo inferior haga caer el precio de la carne al mostrador.

Es cierto también que la demanda interna muestra hoy claras señales de agotamiento, después de siete meses consecutivos en que el precio de la hacienda de consumo ha crecido por encima de la inflación.

Queda por ver si matarifes y minoristas –especialmente estos últimos– en el corto plazo no aprovecharán la baja en el precio del ganado para recomponer sus márgenes, y esta baja no se exprese en el precio al público.

China

En los últimos 12 meses, el precio del novillo en los principales países exportadores e importadores de carne vacuna ha subido entre un 22 por ciento (Estados Unidos) y un 60 por ciento (Brasil), mientras que las cotizaciones internacionales de la carne vacuna mantienen una tendencia creciente.

La demanda china ha desestabilizado el mercado y varios de los principales países exportadores tienen serios problemas para generar saldos exportables. Pero se presentan amenazas que no se pueden soslayar.

En lo que va del año, el precio del cerdo en China ha caído un 50 por ciento, ubicándose en los niveles más bajos desde fines del 2018. La oferta interna de carne de cerdo ha crecido en los últimos meses, y para evitar un derrumbe de las cotizaciones, el gobierno ha debido realizar grandes compras con destino al stock de intervención.

Se atribuye esta mayor faena al miedo que tienen los productores a caídas adicionales en los precios, y al temor a una nueva ola de peste porcina africana. Se venden además los cerdos con un peso mucho mayor que lo habitual, porque el altísimo precio de los lechones en engorde lleva a sumar kilos a los cerdos en stock.

Además, y esto es lo más importante, el Ministerio de Agricultura chino declaró que el rodeo nacional de cerdos era a marzo último un 24 por ciento mayor que un año atrás, y que el número de cerdas madres se recuperó un 19 por ciento con respecto a mayo del 2020. “La cantidad de madres está hoy a un nivel del 98 por ciento del que tenía China a fines del 2017, antes de la crisis de la peste porcina africana”. ¿La escasez se ha terminado?

En mayo, China importó 789 mil toneladas de carne, sólo un 3,3 por ciento por debajo de igual mes del año pasado, pero un 16 por ciento por debajo de las 922 mil toneladas importadas de abril último. Se importa menos porque la producción de cerdo se está recuperando más rápido de lo esperado, porque los precios de importación –especialmente en el caso de la carne vacuna– no son convalidados por los importadores, por problemas de oferta de los países proveedores (Brasil, Argentina, Australia, India) y por problemas de logística, tales como falta de containers y congestión en los principales puertos.