Irak abre una fosa común con más de 120 cuerpos de personas ejecutadas por Estado Islámico
Las autoridades de Irak iniciaron durante la jornada del domingo los trabajos de exhumación de más de 120 cadáveres de una fosa común en la que el grupo Estado Islámico enterró a víctimas de la matanza cometida por el grupo yihadista en 2014 en la cárcel de Badush, donde ejecutaron a cerca de 600 presos, la mayoría de ellos chiíes.
Según las informaciones recogidas por la agencia iraquí de noticias NINA, un total de 123 cuerpos fueron exhumados de la fosa común para proceder a su identificación, un proceso que tuvo lugar en presencia del gobernador de Nínive, Najm el Juburi, y representantes de la Fundación de los Mártires.
El director de medicina forense de la provincia, Hasán al Anzi, destacó que “con la apertura de esta fosa común, la primera etapa de aperturas de fosas en la ciudad de Badush llega a su fin y arranca la segunda fase”, mientras que Al Juburi pidió a las organizaciones internacionales que apoyen estas acciones.
“Hay miles de familias de Mosul que tienen hijos desaparecidos y que viven a día de hoy con ansiedad constante por conocer el destino de sus hijos, que murieron hace cinco años y cuyo destino aún es desconocido”, sostuvo el gobernador.
La prisión de Badush fue escenario el 10 de junio de 2014 de un asalto de Estado Islámico, que ejecutó a 670 presos chiíes tras separarlos de los reos suníes. Los guardias de la prisión encerraron a los prisioneros y huyeron horas antes de la llegada de los yihadistas.
En agosto de 2014, la entonces alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navy Pillay, afirmó que las entrevistas a 20 supervivientes y 16 testigos de la masacre permitían concluir que Estado Islámico sacó de la prisión a entre mil y 1.500 presos, a los que trasladó a una zona deshabitada para separarles y ejecutar a los chiíes.
Irak declaró en diciembre de 2017 el “fin de la guerra” contra Estado Islámico en el país, si bien el grupo yihadista ha continuado perpetrando atentados de forma prácticamente diaria en distintos puntos del país, entre ellos la capital, Bagdad, y sus alrededores.