Okiki Afolabi, el nigeriano que jugó en Talleres y que dice que extraña Córdoba

Okiki Afolabi encaja un entusiasta y desafinado “hola, amigo” cuando le llama Mundo D. Habla un inglés cerrado y un castellano escuetísimo. La tonada cordobesa del entrevistador lo activa. Se ríe al recordar la palabra “boludo” y pide perdón por no poder decir con aptitud la más cordobesa de las palabras: “culiado”.

Pero se le nota la buena onda en el contacto telefónico. Le dicen Talleres y se pone chocho. “Fui muy feliz en Córdoba”, remarca con un “very happy” intenso. Asegura, entusiasmado, que está justo al lado de su “broder” (hermano”) en Lagos, una de las ciudades más importantes de Nigeria. 

Tiene 26 años, cuatro más que cuando estuvo en Talleres, donde debutó (ver los detalles más abajo) y a donde llegó con la esperanza de ser una jugada maestra del scouting albiazul (que detectó a un potente delantero africano, zurdo y guapo, con buenos rendimientos en las selecciones juveniles de su país). 

El resultado no fue el esperado. 45 minutos en la primera división son el número final de aquella apuesta que hoy es una benevolente anécdota para los hinchas. Pero un sublime recuerdo para su protagonista.

Okiki dice que extraña el asado y escuchar cuarteto y el buen trato de sus compañeros. Esos que tuvo en aquel Talleres de Guido Herrera, Juan Cruz Komar, Pablo Guiñazú, Javier Gandolfi y que dirigía Frank Darío Kudelka.  

Manda a través del celu las fotos con su familia. Está casado y tiene un “boy” y una “girl”. Ellos están “OK”, decía mientras esperaba conseguir un nuevo club. 

Es que de quedar libre en un club de Etiopía. “Yo, 23 goles, like Messi, ja, ja”, se le mezcla el spanglish. Y en marzo de 2021 consiguió nuevo club. Otra vez en Ethiopia. El equipo se llama Sidama Cofee.

Aquel partido en La Plata

Okiki fue titular en el Estudiantes de La Plata-Talleres disputado el 4 de diciembre de 2016. Jugó apenas 45 minutos y fue reemplazado por Gonzalo Klusener. Y mucho se especuló sobre si realmente estaba apto para estar en el fútbol argentino. 

Los hinchas albiazules, de hecho, consideraron su estreno como “malo” en una encuesta en Twitter que publicó Mundo D

Se pensó que Kudelka lo sacó porque lo vio muy fuera de forma futbolística. Aunque Mundo D publicó que su salida se debió a que había recibido un fuerte golpe en el tórax por parte del “maltrato” que le aplicaron dos recios zagueros como Jonathan Schunke y Leandro Desábato. 

Ambas razones gravitaron en su salida porque el nigeriano desapareció del radar del entrenador y se terminó yendo del país semanas después. 

Mundo D detalló las participaciones de Okiki en ese partido con Estudiantes, que terminó 0-0 en La Plata. 

  • Recibió las primeras pelotas y jugó fuerte con los brazos para tratar de sostener la posición.
  • Y cometió un par de infracciones, como muestra de desconexión en esos primeros minutos. 
  • Tiró al piso a Schunke, Azcasibar y Desábato. Una muestra de fuerza, aunque algo de desborde en la intensidad.
  • Sobre los 30 sufrió un golpe y debió ser asistido. 
  • A los 40 minutos fue amonestado por una infracción desde atrás.
  • A las 44, ensayó una chilena en el área como para asistir a un compañero a la salida de un córner.  

De aquel partido, Okiki se acuerda de la arenga y la “charla” de Kudelka. “Me decía ‘dale, dale, dale’, ja, ja, ‘Go’, ‘go’, todo el tiempo. Me trataron bien mis compañeros, pero no pude imponerme (en el partido) en Buenos Aires”. Juan Cruz Komar ayudaba en las traducciones para la comunicación con Okiki. 
 

¿Cómo llegó a Talleres? También lo reseñó Mundo D en diciembre de 2016. “Llegó desde Nigeria a partir de una gestión que hicieron sus representantes Vicente Mastropolo, Marcelo Befaro y Marcelo Houseman. Sunshine de Nigeria le debía cinco meses y el delantero aceptó la posibilidad de venir a Argentina, junto con sus compatriotas Emeka Oparaugo y Tiongoli Tombar, que están en el semillero”.

En la nota, el diálogo por WhatsApp no fluye correctamente y la chance de un pregunta-respuesta no prospera. Frases cortas y certeras de Okiki van semblanteando la mini-entrevista. Confiesa que no le quedó ninguna remera de Talleres y que eso “aún hoy” lo pone “triste”. 

También remarca que perdió el “contacto” con sus compañeros, más allá de que sigue a algunos de ellos en Instagram.

“I miss Talleres (extraño Talleres)”, asegura. 

“I miss fans and I can’t forget the time I was promoted to first team like seriously”, redacta cuando la llamada se corta. Lo que está diciendo es que extraña a los hinchas de Talleres, esos que lo aplaudieron a lo loco en varios amistosos y en los partidos de Reserva previos a aquel debut que él considera como algo que se dio “seriamente”. 

“I can’t forget the time I was in Córdoba”, manda con emojis. No puede olvidar el tiempo que estuvo en Córdoba, dice Okiki Afolabi, el nigeriano que jugó en Talleres y pudo haber sido más que una apostilla para historiadores.  

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Entrenando. Okiki con la indumentaria de su nuevo club. (Foto de Instagram de Okiki)
Con sus compañeros. Okiki y otra escena de entrenamiento en Ethiopia.
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