De desarrollistas a “fabricantes” de emprendimientos inmobiliarios

Con apenas 35 años, José Luis Acevedo, presidente de Grupo Canter, está entre los principales protagonistas de la nueva generación de desarrollistas. Sin embargo, con casi dos décadas en el rubro, no tiene casa propia; alquila.

Sucede que junto con su socio, Fabián Melgarejo, se propusieron no tocar las ganancias de su empresa por 20 años. Hoy hacen arquitectura, importan los insumos, construyen, fabrican los muebles y las aberturas de aluminio y de PVC, y administran los consorcios. Más que desarrollistas, quieren ser una “fábrica” de emprendimientos inmobiliarios.

–¿Cómo es que por 20 años no tocan las ganancias?

–Cuando arrancamos con mi socio, decidimos no tocar los resultados por 20 años, invertir todo puertas adentro. Claro que cada uno tiene asignado un sueldo. Pero llevo entregadas más de 500 viviendas y el lugar donde vivo lo alquilo. De lo contrario, sucede lo de siempre en Córdoba: familias empresarias ricas y empresas pobres. 

–Supongo que vienen contando los años.

–Por supuesto, van 12, nos faltan ocho (risas). Yo trabajaba para Fabián desde los 18 años. Él hacía obras pequeñas en Alta Córdoba y yo aprendí de él. A los 23, decidí que quería armar mi constructora. Con el tiempo nos volvimos a encontrar, porque era socio de mi tío, y me invitó a volver. Ahí acordamos que sería como socios. Por un tiempo, él mantuvo su empresa; y paralelamente, teníamos Grupo Canter.

–¿Qué significa Canter?

–Era un apodo que me pusieron mis amigos cuando dije que iba a armar mi propia empresa. Me dijeron que estaba loco, que me iba a convertir en un fantasma y ahí empezaron a decirme Canter, por el fantasma de Canterville. Algunos de ellos hoy trabajan aquí o son clientes.

–¿Cuándo nació la empresa?

–Formalmente, en 2011. El primer edificio se hizo en (calle) Isabel La Católica 1027. Conseguimos un terreno y a los dueños les ofrecimos tres departamentos. Nuestra primera oficina estaba en barrio General Bustos. Organizamos un evento en el subsuelo del hotel Castelar, donde invitamos a carniceros, farmacéuticos, verduleros y otros que sabíamos que tenían algo de dinero y les propusimos invertir 4.400 dólares, el 10 por ciento de un departamento.

Cuando arrancamos con mi socio, decidimos no tocar los resultados por 20 años, invertir todo puertas adentro. De lo contrario, sucede lo de siempre en Córdoba: familias empresarias ricas y empresas pobres.

–Un crowdfunding versión Canter.

–Claro. Recaudamos 270 mil dólares en cinco meses. Cuando terminamos y vendimos los departamentos, cada uno obtuvo entre 5.800 y 6.100 dólares. Hasta la actualidad, llevamos 17 edificios, sin contar las cinco torres de Harmonie Chateau Condominio. En total, tenemos 1.400 clientes. 

–¿Y el último edificio?

–Se está construyendo en Juan del Campillo 1074. Actualmente, tenemos 36 mil metros cuadrados en desarrollo. En Harmonie tenemos 10 mil metros cuadrados en construcción, y el resto son edificios y Reserva Tajamar.

–Harmonie es especial para ustedes, ¿no?

–Son cinco torres (detrás del ITV Chateau); la primera se entrega a finales de este año. Tendrá, en total, 260 departamentos; 22.500 metros cuadrados de viviendas y 8.400 metros cuadrados de cocheras, con pileta, gimnasio y áreas comunes. El 35 por ciento está vendido. La idea es terminarlo en cinco años, pero es difícil proyectar, porque actualmente no podemos tener más de 90 personas trabajando.

–Tiene un especial cuidado en reducir el consumo energético. 

–Sí, estamos utilizando placas EPS revestidas con concreto, que reducen hasta 72 por ciento el consumo energético para climatizar la vivienda. Cuenta con un sistema geotérmico de climatización que funciona con agua; lo conocimos en Arroyo Bodonal, un complejo en Madrid (España). Curiosamente, estaba al lado de un ITV de TÜV Rheinland (los exdueños del ITV Chateau). 

–Apuntan al mercado “premium”…

–No lo creas. El valor de venta está en un promedio de 1.450 dólares el metro cuadrado. Hoy en Alta Córdoba tenemos un departamento de un dormitorio en 1.125 dólares y de dos dormitorios, en 1.250 dólares el metro cuadrado.

–También construyen casas en Alta Gracia.

–El desarrollo se llama “Reserva Tajamar”. El predio tiene 110 hectáreas; se hizo en tres etapas y ya estamos vendiendo la tercera. De 1.600 lotes, ya viven allí 104 familias y hay 60 casas en construcción. Arrancó hace dos años y medio y tiene para nueve años más. Queremos replicar el sistema en otros proyectos.

–¿Cómo es eso?

–Son viviendas de 80 metros cuadrados, de dos dormitorios con dos baños, en terrenos de 480 metros cuadrados, por un valor en torno a los 10 millones de pesos. Tenemos 11 tipologías. Se entrega con entre el 13 por ciento y el 32 por ciento, según un orden de meritocracia, fijado por un scoring en función de cuánto te preocupa el barrio y de la gente de tu entorno que traigas, para generar comunidad. Esto permitió que casi no hiciéramos publicidad. Una vez que se entrega, se hace una hipoteca a favor del fideicomiso, con una cuota de 42 mil a 55 mil pesos.

–¿Todos los terrenos tienen escritura?

–Sí, es un loteo de 1952. En aquel entonces, el gobierno de Juan Perón quería quedarse con todas las tierras improductivas. Entonces, los propietarios de grandes terrenos iban a Catastro, presentaban un loteo y se quedaban tranquilos. Queremos replicar este modelo, porque sabemos que hay loteos similares en el Gran Córdoba.

–¿También administran?

–Administramos los consorcios de 12 edificios y de Reserva Tajamar. También hacemos arquitectura, donde tenemos 15 personas, cuatro de ellas sólo para trámites en el ámbito público; además, construcción y comercialización. Pero no nos consideramos desarrollistas. Somos una fábrica de emprendimientos inmobiliarios.

–¿Por qué?

–Porque abarcamos todo el proceso, de punta a punta. Tenemos una importadora que trae insumos para las obras, entre ellos pisos, puertas, anafes, hornos eléctricos y campanas purificadoras. Esa misma empresa controla nuestra fábrica de muebles, que procesa más de 1.100 placas de melamina al mes, y de aberturas de aluminio y de PVC, que tienen más capacidad de aislación térmica. El 80 por ciento de lo que se fabrica es para uso propio.

–Canter tienen una preocupación constante por lo ambiental.

–Porque soy un millennial. El mundo debe ir en ese sentido, no hay opción. Nosotros hacemos techos verdes desde el segundo edificio. Cambiar la materialidad del muro por algo más eficiente no es costoso. Hay desarrollistas que no avanzan por miedo o por inercia. Pero cuando uno lo explica al comprador, él lo entiende.

–¿Venden al inversor o al usuario?

–Al consumidor final, porque nunca se caen todos juntos, como sí se pueden caer los inversores. 

–Y supongo que están apostando al “blanqueo”.

–Sí, porque con el régimen recientemente aprobado se puede invertir en construcciones con hasta 50 por ciento de avance de obra. Ofrecemos “blanqueo a tasa cero”, porque nos hacemos cargo del cinco por ciento que deben pagar como impuesto. Lo importante es mover el capital y generar trabajo.

El mundo debe ir hacia el cuidado ambiental. Cambiar la materialidad del muro por algo más eficiente no es costoso. Hay desarrollistas que no avanzan por miedo o por inercia. Pero cuando uno lo explica al comprador, él lo entiende.

–¿Algunas empresas más eficientes subsidian al resto?

–No. La clave es que todas las empresas del grupo sean eficientes en sí mismas. 

–¿Cuáles son los próximos proyectos?

–En cuanto a proyectos, tenemos uno en Parque Síquiman, cuatro torres con 60 departamentos sobre la costa del Lago San Roque, que está en vías de aprobación en audiencia pública. También queremos replicar los condominios Harmonie y las urbanizaciones Reserva, convertirlos en marcas. A futuro, la apuesta es conseguir inversores institucionales y acceder al mercado de capitales, pero para eso necesitamos la confianza del público, procesos contundentes y estados contables sólidos.

–¿Y qué están haciendo para lograrlo?

–En lo interno, hace tres años iniciamos un plan de reordenamiento, con la idea de que cualquier información relevante para la toma de decisiones esté a un botón de distancia. También para poder verificar la trazabilidad de una antiparra, con su código de barras, desde que entró hasta que salió. Todavía no estamos listos, pero cuando lo logremos, será otro Grupo Canter. 


Constructor y lector fanático

Nombre. José Luis Acevedo (35).

En pareja con. Gisela.

Hijos. Bautista (5) y Francesca (4).

Le gusta. “Leo mucho, ahora que tengo poco tiempo, con audiolibros”, asegura. Lo último que leyó fue Elon Musk: Tesla, SpaceX, and the quest for a fantastic future, de Ashlee Vance.

Empresa. Grupo Canter.

Cargo. Presidente.

Socio. Fabián Melgarejo.

Personal. 500. Son 100 en las áreas de oficina y 400 operarios en la construcción y en producción de muebles y de aberturas.

Un dato. Por fuera de Grupo Canter, Melgarejo y Acevedo tienen Farfalina, un centro de rehabilitación de personas con discapacidad en barrio Cofico y que forma parte de su política de responsabilidad social empresaria (RSE). Es un negocio, pero varios de los pacientes son becados.

Teléfono. 351 322-5059.


E-mail.

info@grupocanter.com.ar

Web.
www.grupocanter.com.ar

Constructores. Grupo Canter realiza desde la arquitectura, la construcción y hasta la comercialización de sus proyectos. (José Gabriel Hernández/La Voz)
Harmonie. El condominio desarrollado en la zona del Chateau Carreras utiliza materiales que reducen el consumo energético en climatización. (José Gabriel Hernández/La Voz)
Constructores. Grupo Canter realiza desde la arquitectura, la construcción y hasta la comercialización de sus proyectos. (José Gabriel Hernández/La Voz)
Constructores. Grupo Canter realiza desde la arquitectura, la construcción y hasta la comercialización de sus proyectos. (José Gabriel Hernández/La Voz)
Harmonie. El condominio desarrollado en la zona del Chateau Carreras utiliza materiales que reducen el consumo energético en climatización. (José Gabriel Hernández/La Voz)