En el Centro de Córdoba hay menos gente, 20% de locales vacíos y cambios que dividen aguas

Desde marzo y con el inicio de las clases, la ciudad de Córdoba retomó un ritmo de actividad cercano a la prepandemia. El fenómeno es visible incluso a pesar de que el Covid-19 está muy lejos de cesar y persisten restricciones como la aplicación de “burbujas” en los colegios.

Nueva Córdoba, por ejemplo, ofrece postales nocturnas que sólo se diferencian del inicio de marzo de 2020 por el uso de barbijos: calles y locales gastronómicos con mucha concurrencia, comercios de otros rubros con jornadas muy extendidas.

Sin embargo, a pocas cuadras de allí, en el microcentro de la ciudad el ritmo es muy diferente, aseguran comerciantes y reconocen las autoridades. La zona acusa aún una merma importante de público respecto de la situación previa al Covid-19, aunque con flujos dispares según las cuadras.

A la vez, y a pesar de estar autorizados a funcionar en horario extendido, muchos comercios empiezan a bajar persianas luego de las 18, generando a las 19 una postal desierta.

Eso, sumado a la erosión del poder adquisitivo, mantiene el nivel de ventas muy por debajo que hace un año, según insisten desde la Cámara de Comercio de Córdoba (CCC).

Para toda la provincia, los datos relevados por la Federación Comercial Córdoba (Fedecom) marcaron una caída interanual del 8,9 por ciento en las ventas minoristas en febrero, el mes 36 de indicador negativo.

Otro fenómeno en el que se manifiesta la nueva dinámica del Centro es la persistencia de altos niveles de vacancia. “La parte positiva es que el proceso de desocupación de locales se frenó, y hubo cierto recambio. Pero hoy el promedio de vacancia está cerca del 20 por ciento, y en las galerías, las más golpeadas, sigue entre el 36 y 37 por ciento”, contextualizó José Viale, titular de la CCC.

En 2019, la cuota de locales vacíos era del 12 por ciento en todo el Centro, con impacto mayor en galerías. En definitiva, la pandemia dejó hasta ahora un nuevo piso, superior, de vacancia en ambos tipos de espacios.

Causas pasajeras y permanentes

La merma de público responde a un combo de causas, parte de ellas aún coyunturales.

“El flujo está disminuido por la actividad presencial reducida que tienen universidades e instituciones formativas y el menor público que reciben los bancos debido al trabajo con turnos y la digitalización”, apunta Cristian Pastore, director de Áreas y Corredores Comerciales de la Municipalidad de Córdoba.

Viale coincide y completa: “También la administración pública trabaja con mucha menor presencialidad en el Centro. Y sumaría otro factor, para mí central: la gente tiene menos dinero para consumir”.

En tercer lugar, el dirigente atribuye la merma de gente a un cambio dispuesto por el municipio que suscita fuertes rechazos y también aprobaciones entre los comerciantes: la mudanza del transporte urbano del eje de 27 de Abril a las calles San Juan y Humberto Primero; y la creación allí de mayores espacios peatonales.

“La 27 de Abril fue ‘tomada’ por el municipio. La gente debe caminar 10 cuadras para llegar al Centro y eso es una limitante. Además del transporte, todo es un desastre: inseguridad, venta ambulante, desorden en el tránsito. Se castiga a la gente por ir al Centro, por eso es un desierto”, protesta Tamara Sternberg, propietaria de la librería El Emporio y referente de la Red de Comerciantes Unidos.

Hasta ahora, según datos de la Municipalidad, el transporte urbano circula con alrededor del 50 por ciento del pasaje prepandemia.

Corredor de los mercados

El grupo de autoconvocados rechazó desde el vamos las intervenciones dispuestas por la gestión de Martín Llaryora. Para otros comerciantes, en cambio, se trata de cambios alineados a una tendencia mundial (peatonalización de centros urbanos) que, en el mediano y largo plazo, pueden devolver al Centro un nuevo atractivo.

Esa es la mirada de urbanistas y del municipio: “El Centro viene perdiendo público hace años, en paralelo al desarrollo de los shoppings y de los corredores comerciales en los barrios, que ya están plenamente consolidados. Con la pandemia, la costumbre del público de resolver sus necesidades localmente se reforzó. Por eso, si no se hacen cambios, el Centro se muere”, explica Pastore sintetizando esta mirada.

A ese cambio de hábito puede sumarse el avance de la venta digital, una modalidad que hasta diciembre ya había incorporado el 71 por ciento del comercio minorista en la provincia, según datos de Fedecom.

“Lo dispuesto por el intendente es dar ventaja al peatón en la zona, priorizarlo sobre el auto. Sumar accesibilidad y enriquecer la experiencia de caminar en el Centro. Ya notamos como la gente se apropia y disfruta de áreas como la macro manzana frente al Municipio”, insistió.

Aunque reconoce que se trata de un “proceso” de cambio no exento de esfuerzos de acompañamiento para el sector privado, la comuna apuesta que a futuro inducirán un salto evolutivo. Por eso, Pastore aseguró que el plan seguirá avanzando: “Vamos a consolidar el camino de los mercados, la conexión entre el Sud y el Norte por Buenos Aires y Rivadavia. El formato puede ser diferente al de 27 de Abril, será acordado con los comercios, pero su fin es el mismo: dar más espacio al peatón, mejorar la accesibilidad”.

Por otra parte, el municipio tendrá este año tres millones de euros aportados por la Unión Europea para mejorar el casco céntrico y Alberdi.

Residentes se buscan

Privados y el municipio coinciden en que el plan de revitalización del Centro requiere otro cambio estructural: poblarlo. Según el último censo (2010), allí vivían 37 mil personas. “Probablemente hoy son menos”, estima Pastore. En esa línea, la gestión Llaryora analiza cambios de normativa para estimular mayor densificación y formatos nuevos en la zona .

Matías Merguerian, director inmobiliario de la tradicional empresa homónima, aporta un ejemplo ilustrativo: Nueva Córdoba, un barrio cuyo sector comercial resultó más golpeado que el Centro en cuarentena por el éxodo estudiantil, ya recuperó dinámica con el regreso masivo de residentes. “El movimiento se asimila bastante al pre-pandemia. La ocupación de viviendas estará en un 80 a 85 por ciento de aquel nivel. El centro, al tener muy pocos residentes, depende de que lo visite gente de otras zonas ”, explica.

Y coincide en que el corazón de la ciudad viene perdiendo público hace años: “En dólares, los alquileres comerciales hoy valen hoy la mitad que hace 10 o 15 años”.

Sobre la foto actual, grafica: “Hay un mercado difícil de entender, muy heterogéneo. Con una cuadra de distancia hay diferencias del 50 por ciento en los alquileres. Se ven locales vacíos en las zonas que ya venían más golpeadas, como galerías y las últimas cuadras peatonales, y en otro hay recambio: reconversión de locales gastronómicos y más bicicleterías, por ejemplo. O gente que aprovechó a mudarse a un local mayor en zona caliente”.

Cuánto cuestan los alquileres céntricos

Valores de referencia para un local de 40 metros cuadrados.

Periferia. Sobre las calles Urquiza, Jujuy o Sucre, los alquileres oscilan entre los $ 15.000 y $ 18.000 finales.

Zona intermedia. En áreas como calles Tucumán cerca de Colón, Alvear o Rivadavia, de $ 45.000 a $ 50.000.

Epicentro. En el corazón de la peatonal, 9 de Julio casi San Martín, un alquiler de un local mediano oscila en los $ 200.000.

Más información:

Macromanzanas. Las restricciones al tránsito no tienen aceptación unánime. El transporte sigue siendo un gran problema. (Pedro Castillo)