En Talleres: ¿”Cacique” o mago?

Los retos están para asumirse. “Soy un optimista por naturaleza”, dijo Alexander Medina a poco de poner un pie en Talleres en 2019 y lo pudo demostrar. En las buenas y en las malas, como ahora. El partido con Boca, el que se jugará este domingo desde las 21.10, es uno de esos retos. Pero, además, tendrá un valor agregado, individual y colectivo. Lo sabe el DT y todo el Mundo Talleres.

El uruguayo se entusiasmó con que su Talleres “recuperó” con Vélez algunos objetivos de juegos, pero sigue careciendo de otros. No hay certeza de que los vaya a recuperar de acá a que asome la cabeza por el túnel de la Bombonera, pero hará lo imposible para que así sea. Trabajará apurado, pero lo hará con confianza, esa misma que tuvo para fabricar grandes triunfos, de grandes derrotas.

Ante Vélez creó situaciones de gol, pero no las concretó. Dispone de la llave que es Diego Valoyes, pero no del “9” que la empuje, un puesto que hoy está ocupado por Mateo Retegui. Aunque es una posición en la que también pueden estar Michael Santos, Favio Cabral o algún ensayo que disponga “el Cacique”.

Tiene un buen respaldo para atacar con la recuperación que ejercen Federico Navarro e Ignacio Méndez, pero Fragapane es insuficiente para crear porque el especialista Joel Soñora está lesionado. ¿Más? Marcos Díaz lo mantuvo en partido, pero los errores defensivos lo dejaron muy expuesto. De pelota parada y en el juego mismo. Vélez le llegó por las bandas, pero Medina confía en que Nahuel Tenaglia y Enzo Díaz pueden volver a ser salida, férreos marcadores o casi delanteros cuando atacan por sorpresa.

Y está seguro que la calma puede regresar ya que los apresuramientos (la expulsión de Rafael Pérez por parte de Herrera) y jugar contra el árbitro le cuestan caro (Delfino echó a “Fraga” y a Enzo Díaz por protestar con Gimnasia; Herrera, al DT con Vélez).

El partido con Boca y en la Bombonera es un partido de recuperación y para trascender. No por nada el uruguayo pasó a la historia por ser aquel que pudo vencer con Talleres a River, Boca y a San Lorenzo, en sus respectivos estadios. Es más; en ese último juego, ganó pese al juez Fernando Espinoza, quien también se equivocó como últimamente lo hicieron Delfino y Herrera.

¿Con qué va a salir? “Éramos un plantel corto en el torneo anterior, jugando una sola competencia; imagínense que ahora tenemos que jugar tres competencias y casi 27 partidos hasta fines de mayo”, “necesitamos jugadores para todas las líneas”, “estamos convencidos de que tenemos un buen equipo”, “competimos para ganar, no para participar” y el “nos vamos a arreglar” son frases que Medina ha dicho en las conferencias.

Como ya sabe que no va a llegar nadie más hasta junio, se va a apoyar en la competencia interna para potenciar el nivel del plantel. Sobre la misma táctica y estrategia, “el Cacique” tratará de sustituir ese jugador por línea que le falta. Marcos Díaz y Guido Herrera son el espejo; después, potenciará el duelo en la zaga Rafael Pérez-Piero Hincapié con la incorporación de Velázquez o de Paparelli, quienes vienen detrás de Pérez e Hincapié. Para los laterales Tenaglia y Enzo Díaz estarán Augusto Schott y Ángelo Martino, respectivamente. 

Más arriba, Federico Navarro y José Ignacio Méndez no se podrán ni resfriar, al igual que Diego Valoyes. El desafío será para Carlos Auzqui o Guilherme Parede, quienes deberán mejorar para ganarse sus lugares una vez que Joel Soñora se recupere, ya que “Fraga” habitará la banda restante. Si la crisis creativa continúa, le quedan los pibes Valentín Umeres (vino de Villa Dálmine, con 17 años) o Gastón Torres (juvenil del club). 

Arriba, el juego sigue abierto y el puesto será para quien tenga más eficiencia. Está claro que la ida de Nahuel Bustos no tuvo reemplazo. Pero el partido con Boca será una nueva chance para Retegui o Cabral o Santos o Auzqui.

Cómo salió antes

La derrota 0-3 con Gimnasia fue más pesada que la de Vélez. En esta última, el equipo le gustó; en “el Bosque”, no tanto. Ahí se había trabajado en la semana para que ocurrieran errores de pelota parada, en divididas y en la pérdida por las bandas. Por eso no le gustó la forma. El regreso de Valoyes (tuvo Covid-19) fue lo mejor, pero las pruebas con Parede y Santos, más la lesión de Soñora, lo dejaron a mitad de camino, justo cuando llega un partido clave.

Igual, este arranque no se compara con aquellas cuatro derrotas consecutivas en la Superliga 2019-2020, en las que “el Cacique” barajó y dio de nuevo. Obtuvo respuestas en los titulares (Juan Cruz Komar, Juan Ignacio Méndez y Tomás Pochettino) y en los suplentes (Martín Payero le dio la victoria ante Newell’s).

Después de las derrotas con Boca y Defensa, surgieron los refuerzos como el zaguero Rafael Pérez y el delantero Guilherme Parede, más los despegues de Facundo Medina, Nahuel Bustos y Diego Valoyes, ante Arsenal, y una levantada casi completa frente a San Lorenzo.

El otro gran desafío que ganó fue en la Copa Diego Maradona. Ahí fue crítico. La directiva decidió negociar a casi 13 jugadores de los que habían firmado planilla hasta ese momento. Formó un equipo nuevo con cinco titulares de la Superliga 2019-2020 como Tenaglia, Pérez, Díaz, Pochettino y Valoyes; los suplentes Caranta, Komar, Juan Méndez y Navarro, más los juveniles Cabral y Guzmán, entre otros. Perdió un solo paratido ante Lanús y tuvo victorias memorables, justamente ante Boca en la Bombonera, yendo a buscar el juego, sobre todo en el complemento. 

Con casi todos esos jugadores, más Auzqui, Blázquez, Marcos Díaz y la vuelta de “Fraga”, fue tercero en la Copa Diego Maradona. Con menos recursos, fue más.

Ahí está ahora. 

Alexander Medina de nuevo con su Talleres en la Bombonera. ¿Será el repunte? (Federico López Claro/)
Joel Soñora es una de las esperanzas de juego del DT de Talleres. En la visita anterior, entró en el segundo tiempo y anotó un golazo. (Federico López Claro/Pool Argra)